El episodio número 15 del pódcast ‘Meterse al Rancho’ dirigido por el actor Santiago Alarcón, tuvo como invitada a Carolina Rodríguez, deportista que fue secuestrada por las extintas FARC en 2001, junto a su esposo y un mayor retirado del ejército en el municipio de Melgar, Tolima.
Solo pasaron dos episodios para que una temática en común volviese a tener aparición en el formato auditivo de Alarcón, ya que, semanas atrás, el actor entrevistó a la exguerrillera ‘Alexa Rochi’, quien le comentó como fue su transición a la vida civil y la manera en que decidió profesionalizarse como fotógrafa.
La reciente edición de este pódcast distribuido por la plataforma Spotify tuvo como protagonista a Carolina Ramírez, mujer que se escapó de las garras de sus secuestradores y logró consolidar sus experiencias en el libro ‘Diario de Mi Cautiverio’ publicado en el año 2015.
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El inicio del relato de Carolina frente a los micrófonos, detalló la manera en que ella, su esposo y retirado del ejército, fueron secuestrados en el momento que terminaban su práctica deportiva de parapente en aquel entonces.
“Nos dijeron que estábamos en una zona prohibida. Nos quitaron los radios con los que nos comunicábamos por el parapente”, expresó la mujer, quién se percató de inmediato que iban a ser secuestrados por la guerrilla, delito del que fueron víctimas durante más de 6 meses hasta el día que decidieron escaparse.
Así era la cotidianidad en un campamento de las FARC
Uno de los puntos más álgidos fue aquel en el que Rodríguez le comentó a Alarcón cómo era la cotidianidad de un campamento guerrillero. En donde resaltó que los militantes de esta fuerza armada ilegal, se movilizaban solo en la noche. Sumado a esto, dio a conocer que era tal el hacinamiento en los lugares donde los tenían cautivos, que algunos ‘cambuches’ llegaban a tener 16 personas dentro.
Pero la parte del relato que más sorprendió al actor, fue aquella en la que Rodríguez le comentó una situación que le llegó al alma, en la que una mujer que también estaba bajo en cautiverio fue obligada a la fuerza a colocarse una inyección anticonceptiva, pese a gritar y enfrentarse con todas sus fuerzas a sus captores.
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