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“La vida ocurre en el presente, y olvidarlo nos aleja de lo que sí logramos”: Cecilia Uribe Valdivieso

A medida que termina el año, aumentan los mensajes sobre felicidad y éxito personal.

Cortesía
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En esta época del año, las redes sociales se llenan de balances, listas de metas y recordatorios de lo que no alcanzamos a cumplir. Pero en medio de esa carrera por “cerrar bien el año”, pocas veces nos detenemos a pensar en todo lo que sí hicimos. Para Cecilia Uribe Valdivieso, Directora de la Maestría en Psicología de la Universidad El Bosque, esa pausa es esencial: “No se trata de negar lo que duele, sino de reconocer que incluso en los momentos difíciles hay aprendizajes que merecen ser vistos”.

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La especialista explica que, aunque diciembre suele asociarse con alegría y celebración, también puede despertar sentimientos de frustración, cansancio o nostalgia. Y eso está bien. “Socialmente hemos generalizado la idea de que todos debemos sentirnos felices o plenos en esta época, cuando la realidad emocional es mucho más diversa”, señala.

Esa necesidad de mostrar bienestar constante puede generar culpa o agotamiento emocional, especialmente cuando la vida no se ajusta a lo que se esperaba. Por eso, más que forzar la felicidad, Uribe invita a validar el presente como es, con sus altibajos, como una forma de bienestar real y honesto: “Cuando reconocemos nuestras emociones tal cual son, sin juzgarlas, podemos entendernos mejor y valorar más los pasos que ya dimos”, explica. Desde su mirada, la psicología no busca imponer estados de ánimo, sino acompañar procesos de autocomprensión y cuidado emocional.

La vida ocurre en el presente

Entre las frases que dejó la conversación, hay una que resume su manera de ver la vida: “La vida ocurre en el presente”. Para Uribe, esa idea va más allá de un consejo: es una práctica diaria que requiere atención y humildad. “A veces estamos tan enfocados en lo que viene o en lo que no alcanzamos, que olvidamos que el tiempo que sí tenemos es este. El ahora también tiene valor, incluso si no se ve perfecto”.

Esa mirada coincide con los estudios que respaldan su trabajo: la atención plena y la conexión con el presente ayudan a reducir la ansiedad, fortalecer la memoria emocional y mejorar la toma de decisiones. “No se trata de vivir sin metas, sino de no dejar que los planes nos roben la posibilidad de disfrutar lo que ya está ocurriendo”.

Uribe también enfatiza que estar bien no significa estarlo todo el tiempo, y que incluso los años difíciles dejan huellas de progreso. “Hay logros que pasan desapercibidos: reconciliarse con alguien, retomar un hábito, descansar mejor o simplemente volver a intentarlo. Eso también es avanzar”.

Su mensaje es una invitación a mirar la vida con más matices y menos exigencia. A reconocer que los procesos personales no siempre son lineales, y que cada uno tiene su propio ritmo para sanar, crecer o volver a empezar.

Una formación para acompañar el bienestar

Desde la Universidad El Bosque, donde dirige la Maestría en Psicología, Uribe trabaja con futuros profesionales para formar una generación de psicólogos capaces de acompañar desde la empatía, la evidencia científica y la comunicación responsable. El programa se enfoca en comprender la complejidad humana desde la investigación, la neurociencia y la salud mental aplicada.