La justicia colombiana finalmente resolvió uno de los casos más impactantes ocurridos en Valledupar hace más de una década. Ana Iris Batista Arrieta fue hallada culpable del homicidio agravado de su esposo, el sargento primero Jorge Eliécer Gámez Bracho, ocurrido el 17 de agosto de 2010 en el restaurante Pollo Árabe, ubicado en Valledupar.
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Lo que en un principio fue catalogado como un intento de robo terminó revelándose como un crimen meticulosamente planeado por la propia esposa de la víctima, motivado por el interés económico de cobrar un seguro de vida y apropiarse de sus bienes y pensión.
Un crimen disfrazado de asalto
Aquella tarde, dos hombres armados irrumpieron en el restaurante simulando un atraco. Sin embargo, en medio del supuesto robo, los agresores dispararon directamente contra el militar, quien murió de inmediato frente a su esposa. Durante años, las autoridades mantuvieron la hipótesis del robo, hasta que nuevas pruebas cambiaron el rumbo del caso.
La Fiscalía 16 Seccional demostró que Ana Iris Batista había organizado el ataque con ayuda de tres personas: Olga del Carmen Coronado Atencia, alias La Chiqui; Elías Mandón Buitrago; y Daimer Zúñiga, alias Kevin. Todos coincidieron en que la mujer entregó dinero, facilitó información sobre los movimientos de su esposo y coordinó la ejecución del crimen.
La conexión con ‘Los Urabeños’
Los testimonios también revelaron que los autores materiales del asesinato pertenecían a la organización criminal Los Urabeños. De acuerdo con el relato de Zúñiga, Batista participó activamente en las reuniones de planeación y mostró una actitud “fría y calculadora” tras la muerte del sargento.
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Durante la lectura del fallo, la jueza del Juzgado Tercero Penal del Circuito de Valledupar destacó que Batista “participó en la planeación, coordinación y financiación del homicidio con el propósito de obtener beneficios económicos del seguro de vida, la pensión y los bienes de la víctima”.
Justicia tras 14 años de espera
La investigación tardó más de 14 años en llegar a una sentencia definitiva. Según la juez, la condenada intentó desviar la atención de las autoridades, ocultando la condición militar de su esposo y entregando versiones contradictorias.
Finalmente, el fallo condenatorio marca el cierre de un largo proceso judicial que desmontó la versión inicial de un robo, confirmando que la muerte del sargento Jorge Eliécer Gámez fue el resultado de una ambición premeditada y traición dentro del propio hogar.

