Tener una mascota con el paso del tiempo termina convirtiéndose en parte fundamental de la familia. Por ende, cualquier cambio en el comportamiento del animal puede generar grandes angustias o preocupaciones en los dueños. Una de las inquietudes que más se genera es la ausencia de apetito por parte de los peludos. Esto, aunque aparentemente puede ser inofensivo, termina convirtiéndose en todo un dolor de cabeza si no se toman las medidas adecuadas ante la situación.
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De hecho según expertos, algunos perros pueden dejar de comer por unas horas, un par de días o un periodo de tiempo más prolongado y aunque para muchos puede ser un hábito normal, desde Pet Food Institute se comparten las causas más comunes que pueden provocar la falta de apetito en su perro.
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Estados de dolor o enfermedad:
La primera, y la de mayor atención está relacionada con problemas con mayor riesgo en su mascota. Pues, podría estar presentando dolor o enfermedades que causan decaimiento, como la fiebre y provocan algún dolor pueden disminuir drásticamente el apetito en los perros. Así mismo, los peludos pueden dejar de comer cuando aparecen inflamaciones en sus encías, heridas en la boca, dolor de piezas dentales o en sus articulaciones y gastritis, así como enfermedades infecciosas o cardíacas. Ante esta situación es indispensable que acuda a su médico de confianza para tratar el tema de manera formal.
Estrés:
Al igual que los humanos, nuestros perros también padecen de niveles de estrés y aunque para muchos puede ser un tema menos relevante, las condiciones del entorno a las que está expuesto nuestro peludo genera rechazos en la comida. Por ende, tenga en cuenta que, cambios súbitos de hábitat, viajes, humedad, el frío o calor extremos, ruidos fuertes y constantes, el encierro y el maltrato, producen la pérdida parcial o completa de su apetito.
Estados emocionales:
Está demostrado que los animales tienen emociones, estas pueden manifestarse de manera constante. La pérdida de un ser querido, de un miembro de la manada (ya sea humano o animal), el cambio de familia y el destete, entre otros, pueden provocarles tristeza, depresión, ansiedad, miedo o rabia. Cuando estas emociones perduran en el tiempo, el animal puede perder el interés por la comida. En este caso es recomendable consultar al médico veterinario o al etólogo, quien es el especialista en comportamiento animal.
Cambios de alimento y almacenamiento inadecuado del alimento
Los alimentos tienen un grado de palatabilidad (nivel de agrado de un alimento) muy variado, los perros se acostumbran a su sabor, olor, textura y temperatura. Cuando se realiza un cambio súbito de su alimentación, puede que el nuevo alimento no sea de su completo agrado y se rehúsen a comer. Para evitar esto, se deben realizar los cambios gradualmente, en un lapso de 7 a 10 días. Además, también se debe tener en cuenta que, cuando el empaque del alimento de tu perro está cerca a sustancias con olores fuertes, como químicos, jabones, detergentes, se pueden impregnar de este aroma o puede cambiar el sabor del alimento. Ponga especial atención al almacenamiento del alimento y no permita que este se mezcle con sustancias tóxicas como detergentes que pueden alterar su calidad.
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Demasiados premios o bocados
Finalmente, preste atención al manejo de la dieta que está teniendo su mascota. Pues, cuando ofrecemos bocados junto con el alimento concentrado, algunas veces por su alto nivel de palatabilidad y gusto, los perros dejan de comer sus croquetas y prefieren los cambios de sabor. Esta es una de las causas más comunes por las cuales los perros dejan de comer o disminuyen su apetito.