El caso del envenenamiento con talio que cobró la vida de dos niñas estudiantes del colegio Los Nogales en abril de 2025 ha dado un giro profundamente inquietante. Lo que inicialmente se perfiló como un homicidio doble por la ingesta de frambuesas contaminadas, hoy se reconfigura tras el descubrimiento de rastros del metal en otros miembros de la familia De Bedout, quienes nunca tuvieron contacto con la fruta envenenada.
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El penalista Fabio Humar, abogado de la familia, confirmó a medios nacionales que Juan de Bedout, padre de una de las menores fallecidas, y uno de sus hijos, presentan rastros de talio en la sangre.
“Juan de Bedout y otro de sus hijos, que no tuvieron contacto con las frambuesas envenenadas, presentan rastro de talio en sangre”, afirmó Humar.
¿Un Plan de Intoxicación Crónica?
La revelación es demoledora para la línea investigativa temporal. “Esto significa que la intoxicación viene desde mucho antes de los hechos de abril”, explicó el abogado Humar. Este hallazgo abre la pavorosa posibilidad de un patrón de envenenamiento crónico que se habría mantenido activo durante un tiempo considerable antes del fatal desenlace con las frambuesas.
Ante este nuevo panorama, la familia ha solicitado formalmente a la Fiscalía reabrir la investigación sobre la muerte de la esposa de De Bedout —y madre de una de las niñas—, quien falleció años atrás. Si bien su causa oficial de muerte fue un cáncer, la presencia de talio confirmada en su cuerpo ahora obliga a revisar si el deceso pudo estar relacionado con el mismo patrón letal.
Zulma Guzmán: La Conexión Digital y la Fuga
Mientras estos hallazgos toxicológicos reescriben el expediente, la empresaria Zulma Guzmán Castro, de 54 años, señalada como la principal implicada, sigue siendo buscada internacionalmente. Sobre ella pesa una Circular Roja de Interpol activada por un juez en octubre de 2025, y las autoridades de Colombia, Brasil, España, Argentina y Reino Unido cooperan para dar con su paradero.
El rastreo digital fue clave. La colaboración del domiciliario que entregó el paquete de frambuesas contaminadas permitió a las autoridades reconstruir el origen del envío. El cruce de llamadas condujo al número telefónico asociado a Guzmán Castro. La trazabilidad de compras de frambuesas congeladas por internet, realizadas los días 25 y 26 de marzo, también se conectaron directamente con el celular de la empresaria.
Además, el seguimiento telefónico reveló comunicaciones provenientes de la oficina de un hombre que ofrece asesorías de mentalismo y apoyo espiritual, un círculo donde el nombre de Guzmán también aparece. La sospechosa, que negó el doble homicidio a través de mensajes a conocidos y admitió haber sostenido una relación sentimental oculta con Juan de Bedout, salió del país hacia Argentina y desde entonces ha registrado movimientos en varios países europeos.
La Fiscalía continúa trabajando bajo estricta reserva, manejando una hipótesis que combina premeditación, relaciones personales tensas, y el uso de una sustancia letal cuyos efectos tardan en manifestarse. El caso, con sus dramáticos giros, se centra ahora en la posibilidad de que el Talio haya sido un asesino silencioso y prolongado en el tiempo.

