La muerte de Alana, una gata de seis meses que fue atacada con una varilla en Montería, ha causado profunda indignación y repudio en todo el país. El hecho, ocurrido el pasado 30 de julio en el barrio Villa Real, es considerado uno de los casos más violentos de maltrato animal registrados recientemente en la capital cordobesa.
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Una agresión con sevicia que le costó la vida
La felina fue golpeada brutalmente por un hombre, sufriendo lesiones de extrema gravedad, entre ellas la pérdida de un ojo y una fractura severa en la mandíbula. A pesar de los esfuerzos veterinarios y el acompañamiento de colectivos animalistas, Alana falleció producto del daño recibido.
El caso fue visibilizado ampliamente en redes sociales, lo que permitió que la ciudadanía y defensores de animales exigieran justicia. Gracias a esta presión, las autoridades locales informaron que ya se inició un proceso penal formal contra el presunto agresor.
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Reacciones y consecuencias legales
La senadora Andrea Padilla, reconocida por su lucha por los derechos animales, se refirió en duros términos al responsable, a quien calificó como “delincuente, energúmeno, asesino”. Asimismo, exigió la aplicación estricta de la ley Ángel, invocando la “muerte agravada con sevicia y otras circunstancias de agravación punitiva”. La congresista también aseguró que la cuidadora de Alana está recibiendo atención psicológica tras el trauma vivido.
El alcalde de Montería, Hugo Kerguelen, condenó el ataque desde su cuenta oficial en X, sumándose al llamado nacional por justicia.
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Antecedentes del agresor y llamado a denunciar
Padilla reveló que el hombre habría huido de su vivienda tras ser identificado en videos difundidos en redes. Adicionalmente, varios ciudadanos aseguraron que el sujeto ya había protagonizado otros hechos similares. Por ello, la senadora instó a otras posibles víctimas a presentar las respectivas denuncias ante las autoridades.
¿Qué dice la ley sobre estos delitos?
De acuerdo con el artículo 339C del Código Penal colombiano y la Ley 1774 de 2016, conocida como Ley Ángel, quien cause la muerte o lesiones graves a un animal podría enfrentar penas de hasta cinco años de prisión. Estas sanciones se agravan si el acto se comete con sevicia, como en este caso.
La historia de Alana no solo deja una huella de dolor, sino también un fuerte llamado a las autoridades para que estos crímenes no queden impunes y se proteja, con contundencia, la vida de los animales en Colombia.