Hernando Medina Camacho, exmilitar condenado por el asesinato del senador de la Unión Patriótica (UP) Manuel Cepeda Vargas en 1994, fue capturado en Neiva, Huila. La detención se produjo durante un operativo de verificación de antecedentes realizado por miembros de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) de la Policía Nacional en el barrio Ático, en el centro de la ciudad.
Medina Camacho, quien alcanzó el grado de sargento primero en el Ejército Nacional, había sido condenado a 40 años de prisión por su participación en el asesinato de Cepeda Vargas. Sin embargo, recibió una rebaja de pena y cumplió menos de 10 años en una guarnición militar. Según el senador Iván Cepeda, hijo de la víctima, el exmilitar siguió delinquiendo después de su liberación y acumuló nuevos antecedentes por tráfico de estupefacientes y otros delitos.
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El crimen de Manuel Cepeda Vargas marcó un episodio clave en la violencia política de Colombia. Cepeda, senador por la UP, fue asesinado el 9 de agosto de 1994 en un atentado en el que participaron miembros de la Fuerza Pública en alianza con paramilitares. Su muerte es considerada parte del genocidio político contra la UP, un partido que nació del fallido proceso de paz entre el gobierno de Belisario Betancur y la guerrilla de las Farc en los años 80.
Las cifras de violencia contra la Unión Patriótica son escalofriantes. Según informes de organizaciones de derechos humanos, más de 3,000 miembros de la UP fueron asesinados entre los años 80 y 90. La magnitud de la persecución llevó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos a condenar al Estado colombiano en 2010, responsabilizándolo por el crimen de Cepeda y la represión sistemática contra la UP.
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El senador Iván Cepeda ha señalado que Medina Camacho no solo participó en el asesinato de su padre, sino que también ha estado involucrado en intentos de homicidio en su contra. “En estos años he conocido planes criminales en los que ha seguido participando, entre ellas acciones para asesinarme”, denunció el congresista.
La captura de Medina Camacho reaviva el debate sobre la impunidad en Colombia y la necesidad de fortalecer los mecanismos de justicia para evitar que crímenes de esta magnitud queden sin castigo.