El periodismo en Colombia sufrió el año pasado la creciente violencia de grupos armados y señalamientos en un periodo electoral que se cerró con el asesinato de dos periodistas, según un informe publicado este jueves por la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP).
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Casi todas las formas de violencia contra la prensa crecieron en los últimos tres años, pero en el caso de las amenazas se vivió un aumento exponencial: 152 casos en 2020, 172 en 2021 y 218 en 2022.
También se incrementaron los hostigamientos (84 en 2022 frente a 65 en 2021) y en exilios (ocho casos, el doble que en los dos años anteriores), pero bajaron los atentados (uno en 2022) y las agresiones físicas (de 168 en 2021 se pasó a 20 en 2022).
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GRUPOS ARMADOS
El año comenzó con un “pico de violencia contra la prensa” en el departamento de Arauca, fronterizo con Venezuela, donde enfrentamientos entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidencias de las FARC incluyeron la explosión de un carro bomba frente a un edificio que albergaba a dos medios comunitarios.
Estos grupos “presionaron a periodistas para que publicaran información, como panfletos y amenazas”, y las disidencias cerraron el año con 30 ataques a la prensa y el ELN con cinco, lo que obligó a cinco reporteros a huir de este departamento, según la FLIP.
En el primer trimestre, el paramilitar Clan del Golfo declaró un “paro armado” que se extendió a seis departamentos, durante el cual “fueron amenazados y hostigados periodistas de doce medios”, según la FLIP.
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HOSTIGAMIENTO POLÍTICO
Además, 2022 fue un año de elecciones legislativas en marzo y presidenciales en mayo y junio, un “periodo electoral violento” en el que hubo 55 ataques a la prensa relacionados con el cubrimiento del proceso.
“La agresión más frecuente fue la estigmatización, con diecinueve casos”, dice el informe, pero también hubo amenazas directas y obstrucción para realizar el trabajo.
Por otro lado, la FLIP identificó “qué servidores y funcionarios públicos utilizaron la estigmatización como una forma de deslegitimar el trabajo de medios contrarios a sus intereses y posturas políticas” en un total de 55 ocasiones.
Esos atropellos sirvieron para “incitar la violencia contra medios de comunicación y periodistas”.
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ASESINATOS Y VIOLENCIA
La FLIP también registró los asesinatos de Rafael Moreno, el 16 de octubre en Montelíbano (Córdoba), y de Wilder Córdoba, director de una televisión comunitaria, el 28 de noviembre en La Unión (Nariño). En ambos no se conocen avances investigativos significativos.
Igualmente, documentó amenazas a un equipo de Telemundo cuando iba a cubrir la migración en una zona del Darién controlada por el Clan del Golfo.
Por otro lado, señaló una victoria de la libertad de prensa: el reconocimiento de un tribunal de la existencia de la violencia en línea contra mujeres periodistas, permitiendo que se sancione a partidos y movimientos políticos que la toleren.
En 2022 la FLIP registró “44 agresiones en línea contra mujeres periodistas en diferentes plataformas digitales, principalmente en redes sociales”, dice el informe.
Esta organización también interpuso una demanda de reparación contra el Ejército y la Policía por el asesinato del comunicador indígena Abelardo Liz, ocurrido el 13 de agosto del 2020.