El periodista, Daniel Samper, viajó hasta la isla de Irotoma, ubicada en la ciudad de Santa Marta, dónde realizó su reportería para su canal de Youtube de noticias sarcásticas, #HolaSoyDanny.
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Con lo que no contaba el también columnista de Los Danieles, era que su presencia iba a incomodar a unos visitantes colombianos que disfrutaban del mar.
Según denunció a través de su cuenta en Instagram y que quedó grabado en video, “una pareja muy agresiva me comenzó a gritar; mi esposa, que era quien grababa y es mucho más valiente que yo, no se dejó intimidar e incluso se acercó a dejar en cámara a quienes nos increpaban”.
Aunque al principio de su parodia, aborda a algunas personas y vendedores, preguntándole jocosamente si allí puede encontrar helados de changua o chicha, dos platos típicos de Bogotá, minutos después se ve a estas personas, que según Samper “son uribistas y lo llamaron ‘petrista’ y ‘comunista’.
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“A mí me puede grabar todo lo que quiera, pero este ‘petrista’ en vez de irse afuera del país (...) Eso es lo que ustedes quieren hacer cagarse el país. Váyase a otra playa”, le dice airada una mujer. Mientras el periodista le responde, confundido, “pero, ¿por qué me tengo que ir?”.
Al mismo tiempo, desde el mar, el esposo de la mujer le grita “¡Respetá!”. Segundos después, otro clip muestra como este mismo hombre le dice que es un “niño rico. Nunca ha trabajado en su vida”.
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Finalmente, la pareja le critica la peluca negra que lleva puesta, a lo que, en forma de chiste, Samper responde: “Amigo es porque soy calvo, mire. Tengo complejo de calvo”. “Uy que chistazo. Así dice tu programa. Ay soy súper simpático”, dice el hombre burlándose.
El columnista aseguró que toda la pelea no quedó documentada y que su trabajo no distingue ideologías políticas.
“La verdad, nunca defiendo políticos, solo causas; y trato de distinguirme por hacer sátiras contra todos los líderes, sin distingos. También (y ahora que está en el poder) contra Petro, como corresponde (y como lo hice contra Duque, Santos y, claro, Uribe). Pero si fuera de cualquier tendencia, nadie tendría por qué echarme de un lugar público por mi forma de pensar. Faltaba más que lo fuera a permitir”.
