Para esta misma época, hace un año, los ojos estaban puestos en la salud de Lucas Villa, líder estudiantil, quien había sufrido un atentado cuando se encontraba cerca del viaducto César Gaviria Trujillo, que conecta a Pereira con el municipio Dosquebradas, en el departamento de Risaralda.
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Varios hombres dispararon contra los jóvenes que se encontraban reunidos durante las protestas pacíficas del paro nacional, en las que que exigían garantías para la educación, el trabajo y la salud. Lucas Villa recibió varios impactos de bala que lo mantuvieron luchando por su vida durante seis días.
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El 11 de mayo en el Hospital Universitario San Jorge de Pereira, luego de declararle muerte cerebral, falleció Lucas. Sin embargo, después de un año de su muerte, aun el crimen sigue sin esclarecerse.
Sidssy Uribe Vásquez, hermana de Lucas, habló con El Espectador y dijo que: “la Fiscalía manifiesta avances, pero después de todo este tiempo deberían ser más significativos. Desde hace casi un año no se ha pronunciado en referencia al caso de mi hermano”.
El general Fernando Murillo, director de la Dijín de la Policía, le atribuyó a la organización criminal La Cordillera el asesinato de Lucas Villa y desestimó que en el crimen hayan participado uniformados de la Policía Nacional.
La hipótesis es parcialmente similar a la planteada por la familia Uribe Vásquez, que considera que en el crimen están involucrados agentes de la Sijín, así como de la organización criminal La Cordillera. “Esa es información de la familia, no es algo que esté vinculado a la Fiscalía. Lo hemos hecho porque queremos justicia y muchas de las acciones que observamos por parte de la justicia institucional han sido precarias”, afirmó la hermana de Lucas.
De acuerdo con el mismo medio, la Cordillera es una organización al margen de la ley dedicada al sicariato y al tráfico de estupefacientes en Risaralda, que ha estado vinculada con asesinatos selectivos, amenazas a líderes sociales.
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“Nos han dejado muy claro que si seguimos con el proceso nos pueden matar. Una de mis hermanas ya salió del país y yo tengo seguimientos que me mantienen en un estado de zozobra, mucho más después de las declaraciones en las que hago público que el asesino de mi hermano se fue hace casi cinco meses del país. Nos han robado la libertad y la tranquilidad”, dice Sidssy.