La ciudad de Medellín se encuentra conmocionada por el testimonio de una joven que, a través de redes sociales, ha denunciado haber sido víctima de abuso sexual. El caso, revelado inicialmente por Jorge Marín, amigo de la víctima, ha ganado visibilidad y ha puesto el foco en un presunto patrón de abuso dentro de un círculo social de alto poder adquisitivo en el sector de El Poblado.
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María Clara Serna, la víctima, decidió romper el silencio para exigir celeridad en la investigación. Según su relato, los hechos ocurrieron la noche del 4 de julio durante una celebración. Al sentirse agotada y bajo los efectos del alcohol, se retiró a descansar en una habitación del apartamento junto a su pareja. “Eran por ahí las 7 de la mañana, me acosté en el pecho de mi novio, pero al otro lado estaba la otra persona. Nos quedamos dormidos”, recordó. Momentos después, despertó al sentir la agresión y su única reacción fue el shock. “Mi única respuesta fue quedarme quieta, solo sé que en un momento me paré y me fui de la pieza”, relató.
El “código fucsia” y la lentitud judicial
Tras los hechos, María Clara se desplomó llorando frente a sus amigos, quienes la llevaron de inmediato a un centro médico. Allí se activó el “código fucsia”, un protocolo de atención integral para víctimas de violencia sexual. Este protocolo incluyó una valoración médica exhaustiva, la recolección de pruebas y el suministro de medicamentos preventivos. “Allá te quitan la ropa, la empapelan, la meten en bolsas para llevar al búnker de la Fiscalía, te sacan muestras de todas partes para recoger ADN”, narró la joven.
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Aunque los exámenes clínicos y las citologías han evidenciado la agresión, la denunciante siente que el proceso avanza con lentitud. A más de un mes de los hechos, las autoridades judiciales, que cuentan con los testimonios de María Clara, su pareja y su amigo Jorge Marín, aún no han determinado responsabilidades. La Secretaría de la Mujer le ofreció acompañamiento, aunque la frustración por la demora es palpable.
Redes sociales destapan un presunto patrón de abuso
La publicación original de Jorge Marín en Instagram ha desatado un efecto dominó, generando una ola de solidaridad y nuevos testimonios. Según María Clara, su amigo recibió tres o cuatro mensajes de otras mujeres que afirmaban haber vivido situaciones similares con hombres del mismo círculo social. “Este grupito de amigos están recontra cagados en la plata, uno de ellos fue abusador de dos niñas, y se fue a vivir a Dubai”, puntualizó la denunciante, exponiendo un presunto patrón de comportamiento del que, al parecer, no se habían formalizado denuncias ante las autoridades.
Este grupo de amigos, descrito como “adinerado”, ha sido señalado por las presuntas víctimas como un círculo donde se han normalizado estas conductas. La propia María Clara aseguró que el hombre al que señala como su agresor intentó contactarla para que retirara las publicaciones y luego cerró sus redes sociales. Mientras tanto, Jorge Marín habría recibido presiones para eliminar el contenido, aunque la información ya circula ampliamente en internet.

