Hace 13 años les cambió para siempre la vida a los Colmenares. Su primogénito murió en el canal del parque El Virrey, en el norte de Bogotá, en hechos confusos y por los cuales tres jóvenes fueron acusados y todavía hay apelaciones por resolver en tribunales.
PUBLICIDAD
Pero si a alguien se le transformó radicalmente todo su existir fue a Oneida Escobar, la madre de Luis Andrés Colmenares, el estudiante de 20 años de la Universidad de Los Andes que en la noche del 31 de octubre de 2010, cayó al caño, donde horas después fue hallado sin vida. Su cuerpo presentaba graves lesiones que le habrían producido el deceso. Con la muerte trágica de su hijo, Oneida también sintió se le iba la vida. Describe su dolor tan profundo como si le hubieran arrancado parte de su cuerpo.
Oneida Escobar, mamá del fallecido universitario, ha revelado en varias ocasiones que, durante todo el día del 30 de octubre de 2010, su hijo, al que cariñosamente llamaban ‘Luigi’, expresó su deseo de no asistir a la fiesta de integración que habían organizado sus compañeros de estudios en Bogotá. Aparentemente, Luis Andrés tenía un mal presentimiento que lo invadía y le hacía dudar sobre su participación en el evento.
A pesar de su instinto y de su resistencia inicial, la insistencia de sus amigos lo llevó a tomar la decisión de unirse a la fiesta de disfraces, en la que se disfrazó de diablo y estuvo acompañado por Laura Milena Moreno, su novia de apenas un mes, Jessy Quintero y otros compañeros de la Universidad de Los Andes. Tristemente, esa sería la última vez que se le vería con vida.
Al recordar esta tragedia, Oneida Escobar sugiere que tanto ella como su hijo pudieron haber tenido señales y presentimientos sobre el desenlace fatal. En particular, destaca un momento en el que Luis Andrés mencionó haber sentido un “olor a flor muerta”, algo que, según las creencias de La Guajira, podría ser un ominoso presagio.
Escobar relató: “Son cosas que uno no se explica. Jorge (Hermano de Luis Andrés) estaba manejando, sacando el carro, y él -Luis Andrés- se quedó conmigo en el garaje y me dice: ‘mami, huele a flor de muerto’. Yo me persigno porque de verdad, en La Guajira, por allá se escucha que cuando se habla que huele a flor de muerto siempre es una tragedia que viene”.
Pero eso no fue todo. Oneida Escobar también compartió una visión que tuvo después de esa conversación. Vio un espacio lleno de flores blancas en su sala y después de la trágica muerte de Luis Andrés, se encontró con la misma escena en la realidad. Este inexplicable suceso la dejó atónita y creyó que era una señal divina.