Maverick Waler fue la bendición de la pareja cuando se enteraron de que tendrían un hijo. Obviamente, emocionados, recurrieron a todos los procedimientos necesarios para saber que su hijo estaba bien, pero se toparon con la mala noticia de que padecía una condición que suelen llamar ‘queso suizo’, que se resume en que algunos órganos presentan huecos, lo que no permite el buen funcionamiento del mismo, sobre todo del corazón.
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Precisamente fue el caso de Maverick Waler, que sus padres se dieron cuenta desde el embarazo, pero en vez de interrumpirlo, decidieron continuar enfrentándose a todo lo que vendría, pues generalmente los pacientes que padecen de esta enfermedad viven constantemente entre operaciones y médicos pendientes de como sigue su caso.
El niño tenía que ser intervenido apenas nació, pero no pudo ser así porque el niño nació con muy baja frecuencia cardiaca, por lo tanto, tuvo que esperar dos semanas para su primera intervención. Afortunadamente, el procedimiento fue todo un éxito y el niño pudo llegar a casa por primera vez.
Sin embargo, las cosas se volvieron a complicar cuando se dieron cuenta de que la cicatriz del pequeño se estaba poniendo roja e irritada, lo que fue una clara señal de infección. Tuvo que ser de nuevo internado en un hospital por una semana más, pero finalmente, pudo salir victorioso de todos los procedimientos que le realizaron.
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Vivió cuatro años bien y sin necesidad de otra intervención, lo que, de por sí, ya resultaba como un milagro, pues normalmente tienen que operarlos al año. En el 2021 las alertas de la familia saltaron, pues las plaquetas del niño bajaron de un día para otro y tuvo que ser intervenido de emergencia. El doctor Emile Bacha fue el encargado de tal operación y quedó sorprendido al toparse con doce agujeros en el órgano del menor.
Afortunadamente, dicha operación fue todo un éxito “Es siempre la mejor opción porque el resultado final es un corazón normal. Cada vez que tienes la oportunidad de repararlo de una manera correcta, definitivamente, es la mejor forma de avanzar… La cantidad de agujeros que tenía era extrema”.
