En el marco del Día Mundial de la Diabetes, Medellín se convirtió en el epicentro de una conversación diferente sobre la enfermedad. Pacientes, autoridades, empresas, academia, medios y voceros de la sociedad civil se dieron cita en Conecta2, una iniciativa de Lilly Colombia que busca aterrizar la educación, la detección temprana y la adherencia al tratamiento más allá del consultorio médico.
El encuentro convocó a más de 50 representantes de siete sectores para debatir sobre los determinantes sociales de la diabetes y sus principales brechas: la falta de información confiable, las barreras para el diagnóstico oportuno y las dificultades para mantener el tratamiento a largo plazo.
El mensaje fue claro: la diabetes no puede seguir tratándose solo como una cifra o una consulta aislada. Requiere una mirada transversal que conecte salud, economía y equidad.
Del dato a la acción: colaboración que transforma
Más que un evento, Conecta2 busca consolidarse como un ecosistema permanente que mida, pruebe y ajuste estrategias para mejorar la prevención y el manejo de la diabetes en Colombia. La meta: generar impacto medible a partir de alianzas sostenibles entre instituciones públicas, privadas y académicas.
“Ese es el propósito de Conecta2: juntos reescribimos la historia de la diabetes, promoviendo educación, tamizaje y adherencia, examinando el mismo reto desde ángulos complementarios y con metas claras”, afirmó Carlos de la Riva, gerente general de Lilly Colombia.
El modelo de colaboración de Lilly se refleja también en experiencias internacionales. Un ejemplo es TempSense, un dispositivo portátil creado por estudiantes de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de Harvard (SEAS) en alianza con la compañía. El contenedor monitorea y mantiene la temperatura adecuada de medicamentos que requieren frío, con alertas visibles cuando el rango se desvía, mostrando cómo la innovación puede responder a necesidades reales.
Educación, innovación y propósito común
Conecta2 propone mantener el foco donde aún existen vacíos: en los hábitos cotidianos, la detección oportuna y la continuidad del tratamiento. La conexión entre espacios educativos y tecnológicos, como el trabajo con Harvard SEAS, representa el futuro de una innovación con propósito: soluciones prácticas que cierran brechas desde lo local hasta lo global.
El desafío, coinciden los organizadores, es sostener la conversación y convertirla en acción. Porque hablar de diabetes también es hablar de bienestar, de responsabilidad compartida y de un país que busca nuevas formas de cuidar su salud colectiva
