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De la tierra al futuro: empresas que crecen sin dejar huella

Cada avance tecnológico en el campo o la industria tiene detrás una pregunta esencial: ¿Cómo producir sin agotar lo que nos sostiene?

Cortesía
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En el corazón del Valle del Cauca, una empresa decidió transformar su forma de producir energía y demostrar que el progreso y la sostenibilidad pueden coexistir. El Ingenio Carmelita encontró en la biomasa una fuente de vida renovable. Con el apoyo financiero de Davivienda, la compañía repotenció su planta y aumentó su capacidad de cogeneración de energía limpia, pasando de 5 MW a 12 MW, gracias a una inversión que incluyó un nuevo turbogenerador y un precipitador electrostático para reducir emisiones.

El resultado fue contundente: más eficiencia, menos contaminación. El bagazo, que antes era un residuo agrícola, ahora es una fuente de energía que alimenta la operación y genera ingresos adicionales por venta de excedentes eléctricos, que abastecen a más de 23.000 hogares en los municipios de Riofrío y Tuluá

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Historias como esta también se repiten en el Meta, donde Guaicaramo, una empresa del sector agroindustrial, adoptó la agricultura regenerativa como modelo de competitividad. A través de créditos a largo plazo otorgados por Davivienda, la empresa incorporó biofertilizantes, microbiología avanzada y un innovador proceso de pirolisis que convierte los residuos de palma en biochar, reduciendo emisiones y mejorando la fertilidad del suelo. La visión empresarial se amplió hacia la comunidad: con la Fundación Guaicaramo, se ejecutan proyectos sociales y ambientales que fortalecen el desarrollo local.

Estas iniciativas reflejan una nueva forma de entender la banca: una que no solo presta dinero, sino que acompaña la transición hacia economías bajas en carbono y, de esta forma, contribuye a un mundo más próspero, incluyente y verde.

En un país donde la diversidad biológica es tan rica como sus desafíos, estos ejemplos muestran que el futuro no se construye a costa del entorno, sino junto a él. Las empresas que invierten en sostenibilidad no solo están innovando: están dejando una huella distinta, una que se mide en energía limpia, suelos fértiles y comunidades más fuertes.

Cuando la innovación se alía con la responsabilidad, las empresas dejan una huella distinta: la del desarrollo que cuida la vida.

       

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