La relación entre precio y calidad se ha convertido, con el paso del tiempo, en un factor determinante a la hora de elegir qué carrera estudiar. Sin embargo, no es la única característica que sobresale al momento de tomar esta decisión.
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Tras el panorama actual que está viviendo el mundo por cuenta de la COVID-19, muchos aspectos se replantearon y la educación, se ha acomodado a las circunstancias para cumplir con las necesidades y expectativas de sus estudiantes y docentes.
En medio de la pandemia y gracias a que cumple con las características anteriormente mencionadas, el Ministerio de Educación Nacional entregó por segunda vez a la Universidad El Bosque la Acreditación Institucional de Alta Calidad, que se otorgó tras la evaluación del Consejo Nacional de Acreditación (CNA), lo que certifica que la institución cumple con altos estándares de calidad académica y administrativa.
“Lograr esta reacreditación nos abre las puertas para mejorar el acceso a becas, intercambios, facilidades de homologación de los programas, aspectos de doble titulación, acreditaciones internacionales, entre otros”, afirmó María Clara Rangel, rectora de la Universidad El Bosque.
La institución cuenta con 32 programas de pregrado, 90 posgrados y 130 programas de educación continua. Además, tiene 322 convenios nacionales y 134 convenios internacionales con diferentes países para el intercambio estudiantil. En cuanto a investigación, El Bosque tiene 52 grupos clasificados en Colciencias, mientras que el programa de Ingeniería Industrial tiene doble titulación con la Universidad Arts et Metiers de París.
“Este reconocimiento es una motivación más para seguir trabajando por la calidad, el desarrollo y el bienestar de nuestra comunidad, esta nueva realidad por la que estamos pasando viene con grandes retos para el sector educativo”, expresó Rangel.
Contexto de la educación a nivel mundial
Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (Unesco), cerca de 1.370 millones de estudiantes en 138 países se vieron afectados por el aislamiento, que produjo el cierre de colegios y universidades. Ahora el reto es mucho mayor, pues aquellas instituciones educativas que ya estaban trabajando en la virtualidad deberán potenciarla y prepararse para lo que viene en la presencialidad, todo esto con el fin de mantener e incluso ofrecer nuevas alternativas para garantizar la calidad de su educación.
Sea virtual o presencial, la situación actual por la que estamos atravesando hace que el reconocimiento en los programas académicos, capacitación de docentes, proyectos de investigación, estructura académica, convenios nacionales e internacionales, estabilidad financiera, aporte en responsabilidad social, entre otros aspectos, sean determinantes al momento de elegir un camino en la educación superior.