Argentina, país invitado: 285.000 personas visitaron el pabellón argentino, que con su temática futbolera albergó lo mejor de la literatura argentina actual y clásica y se vendieron más de 13.589 libros. Además de la presencia de autores gauchos como Eduardo Sacheri, Luciano Wernicke, Sergio Olguín, Ricardo ‘Liniers‘ y muchos más, quienes estuvieron en los diferentes conversatorios.
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El Museo de Memoria Histórica: con un gran despliegue audiovisual y un recorrido guiado, el MMH dispuso un espacio de 1200 metros cuadrados en el que se habló de cómo el agua, la tierra y el cuerpo son elementos desde los cuales se puede explicar el conflicto. Al final, se invitaba a los asistentes a reflexionar sobre las regiones del país que se han visto más afectadas por la guerra las acciones individuales que cada quien puede tomar.
Literatura independiente: por primera vez, la FILBo dispuso un espacio para que las pequeñas editoriales pudieran exhibir su mercancía al mismo nivel que las grandes. Allí, fueron evidentes algunos de los estilos más creativos de edición editorial, y brillaron algunos de los nuevos escritores colombianos y empresarios del sector.
Invitados internacionales: Interminables fueron las filas de fanáticos que querían conocer a David Lloyd, ilustrador y dibujante conocido por la novela gráfica V de Vendetta. Pero no solo fue la presencia de Lloyd, también estuvieron escritores como Irvine Welsh (Reino Unido), Catherine Millet (Francia) y Joost de Vries (Holanda) que atrajeron aún más atención a la feria.
La FILBo se tomó la ciudad: fuera de las paredes de Corferias, la feria se tomó auditorios y bibliotecas de todo Bogotá en más de 90 eventos. Además, 11 colegios también fueron sede de algunos de estos eventos y se calcula que casi un total de 30.000 estudiantes de Bogotá y alrededores pudieron disfrutar la feria como invitados gratuitos.
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