Desde hace varios días el servicio de gas natural en el Eje Cafetero y el Suroccidente del país tuvo que ser suspendido por una contingencia que se presentó en el gasoducto de Mariquita- Cali. Por eso en varias ciudades tuvieron que acudir a diferentes estrategias para poder cocinar.
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A penas se anunció que no habría gas por varios días, en Cali los revendedores agotaron las estufas eléctricas para luego venderlas en las calles a dos o tres veces más su precio original.
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Por eso después del pasado lunes festivo (22 de mayo), los compradores madrugaron a adquirir sus electrodomésticos que funcionaran con energía, pero no esperaban que lo que era un estufa de una boquilla que se conseguía a 57.000 pesos, subiera a 119.000 pesos.
Hasta 350.000 pesos están cobrando por una estufa de dos boquillas.
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Sin embargo, este viernes la ministra de Minas y Energía anunció el restablecimiento gradual del gas, por lo que las familias volvieron a tener la tranquilidad de poder cocinar en sus casas.
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Entonces, en Cali se vivió un panorama muy particular, pues los revendedores tuvieron que rematar sus productos para no perder la inversión.
Por eso, las famosas estufas pasaron de más de 100.000 pesos a solo 20.000 pesos.
Esta es la explicación del Servicio Geológico Colombiano sobre lo que pasó: