La Semana Santa, dará inició a partir del domingo 2 hasta el sábado 8 de abril. Para la religión católica, esta es una fecha que recuerda los últimos momentos de Cristo en la Tierra: la pasión, la muerte y la resurrección. Un período que da lugar a numerosas muestras de religiosidad popular a lo largo de todo el mundo, destacando las procesiones y las representaciones de la Pasión; celebraciones que ofrecen parroquias como el rezo del Vía Crucis o la Coronilla de la Divina Misericordia, entre otras tradiciones de la fe cristiana.
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Asimismo, estos seis días también es aprovechado por otras personas para compartir el tiempo libre en familia o incluso realizar ese viaje que ha estado atrasado y que siempre ha querido realizar.
Quedarse pegado a su pareja sí puede pasar, pero no es culpa de Semana Santa
La Semana Mayor también está llena de mitos: desde no bañarse en un río el viernes santo, pues se puede convertir en un pez; no comer carne el día de la muerte de Jesús, como sinónimo de recogimiento; no barrer porque “está limpiando el rostro de Cristo”; no salir de fiesta; o hasta no tener relaciones sexuales, pues podría quedarse pegado a su pareja, son algunas de las costumbres que algunos hogares colombianos se vive durante esta semana.
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Sin embargo, esto último puede no ser tanto un mito y en ciertas ocasiones sí se puede presentar. Eso sí, no es culpa de Semana Santa.
Y es que según el médico sexual, John Dean, quien en entrevista habló para ‘BBC News’, informó que existe una situación conocida como “penis captivus”, la cual consiste en que el pene queda atascado y se hincha, mientras el piso pélvico de la mujer se contrae durante el orgasmo. Lo que genera que queden “pegados”.
“Los músculos del piso pélvico de la mujer se contraen durante el orgasmo. Mientras esos músculos se contraen, el pene se atasca y se hincha más”, señaló.
Este fenómeno se puede dar no por un tiempo mayor a 6 segundos, mientras los músculos se relajan y el pene pierde erección. ¿La razón? En ocasiones puede ser por la afección conocida como ‘vaginismo”. Un diagnóstico en el que los músculos de la vulva se contraen involuntariamente.