Los cobradiarios causaron daños significativos en una vivienda del suroccidente de Barranquilla debido a una deuda de 60.000 pesos. En un video viralizado en redes sociales, se aprecia a ocho cobradiarios llegando a una casa humilde en el barrio La Pradera, calle 124 con carrera 31, y destrozando ventanas con palos.
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Posteriormente, forzaron la puerta, ingresaron a la vivienda y rompieron espejos, platos, vasos, e incluso doblaron una reja, no les importó la presencia de niños pequeños ni de mujeres. Los ocupantes, incluidos menores, huyeron asustados y buscaron refugio con vecinos. Los cobradiarios incluso dispararon para evitar la intervención de la comunidad.
Cobradiarios rompen ventanas y puertas con bates en La Pradera en Barranquilla
Uno de los residentes, Jesús Rodríguez, mencionó en Caracol Radio que su madre mantenía una deuda de 60.000 pesos con los cobradiarios. Aunque habían estado realizando pagos, la falta de dinero la última semana desencadenó la agresión inesperada, resultando en daños a la propiedad y perturbación a la familia.
La Policía ha identificado a estos cobradiarios, presuntamente vinculados a la banda Los Tumba Puertas. Además, la víctima explicó que estas personas imponen intereses excesivos en sus préstamos, dificultando la capacidad de pago de aquellos en situaciones económicas desfavorables.
El ataque ocurrió en Barranquilla, con imágenes en redes sociales mostrando a los cobradiarios en motocicletas dirigiéndose a la casa. Según la víctima, un primer encuentro con el cobrador resultó en un pago de 10.000 pesos, insatisfactorio para el agresor, lo que llevó a un ataque más violento con otros individuos armados.
El ataque indiscriminado incluyó la destrucción de puertas, espejos, y daños a la propiedad en general. La vivienda quedó destrozada, y la integridad física de los ocupantes, incluidos niños pequeños, estuvo en peligro. Estos actos de intimidación y violencia contra deudores son recurrentes en la zona.
Según la víctima, su madre había recurrido a estos cobradiarios en el pasado para obtener ayuda financiera, pero las altas tasas de interés y la presión por el pago llevaron a esta situación crítica. Los cobradiarios son residentes cercanos y ya han realizado actos similares con otros deudores en el barrio.
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Esta historia pone de manifiesto la vulnerabilidad de las personas endeudadas ante prácticas coercitivas y violentas de cobro. Es imperativo que las autoridades tomen medidas para proteger a los ciudadanos de este tipo de abusos y garantizar un entorno seguro.