Durante esta época del año es común pensar en dar los mejores y más adecuados regalos de navidad, para demostrar cariño y agradecimiento a familiares y amigos, por tal motivo no es nada extraño que muchas personas recurran a la idea de regalar un perro o gato a sus seres queridos, sin tener en cuenta que esta acción involucra toda una responsabilidad que va mucho más allá del momento de emoción que se vive cuando el destinatario recibe a su nuevo animalito de compañía.
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Y es que, por más de que acudir a esta idea de obsequio pueda resultar adorable y entretenido durante los primeros momentos, hay que tener en cuenta que los animales no son objetos, sino seres vivientes y sintientes que crecen y necesitan múltiples cuidados a lo largo de sus vidas, por lo que asumir la responsabilidad de tenerlos, es todos un desafío que debe pensarse a largo plazo y de manera muy consciente.
Resulta muy común que por estas fechas se regalen decenas de animales que luego terminan siendo abandonados, por motivos que en la mayoría de los casos se resumen en falta de compromiso y responsabilidad con los ‘peluditos’.
Incluso los expertos recomiendan abstenerse de adquirir una mascota como simple regalo de navidad y sin pensar en todos los deberes implícitos que tiene detrás esta decisión. Por ejemplo, el médico veterinario Cristian López, comentó en una reciente entrevista con un medio nacional que se ha vuelto una práctica común que las personas asuman que regalar un perro o un gato es una buena opción cuando realmente puede tener consecuencias bastante negativas.
“Lo más importante es que cuando vayan a comprar o adoptar un animalito tengan en cuenta que él no se va a quedar pequeño toda la vida, va a crecer y tener necesidades”, mencionó el profesional.
Entre las recomendaciones que se deben tener en cuenta es que es importante contar con recursos económicos para suplir las necesidades básicas como alimentación, un espacio apropiado, atención veterinaria, medicamentos y sobre todo paciencia y amor, para sostener la vida de este ser por mínimo 12 a 18 años.
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Por su parte, Diana Milena Rodríguez, de la Fundación Ecohuellas, aseguró que incluso ha tenido que enfrentarse a casos de perros y gatos de raza abandonados, que habían sido adoptados o comprados para regalar durante esta época y cuyos dueños después de un tiempo concluyeron que ya no podían continuar sosteniendo a estos animales.
Es por esto que antes de pensar en regalar un cachorro a un hijo, hermano o pareja, por el festejo de navidad, es necesario detenerse a pensar si realmente quien lo va a recibir, puede garantizar al animal una vida digna, que satisfaga todas las necesidades con las que cuenta como ser vivo, o si se trata más bien de un regalo al que con el pasar de los días se le va a dejar de prestar la atención que requiere.
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