Opinión: El Transmilenio por la Carrera Séptima es un fraude

El concejal Carlos Carrillo da sus motivos para oponerse a la propuesta de la Alcaldía de Bogotá sobre la movilidad en la Carrera Séptima

Transmilenio reportó falla mecánica de bus articulado
Gran congestión en Transmilenio por falla mecánica de bus articulado Gran congestión en Transmilenio por falla mecánica de bus articulado (Tomada de Twitter)

Durante las últimas semanas el futuro de la Carrera Séptima, uno de los corredores más emblemáticos de Bogotá, está en el centro de la agenda pública por cuenta de que la Administración pretende abrir la licitación de un transmilenio por esa vía. Sin decirle a nadie; a hurtadillas, la Alcaldesa quiere embarcar a la ciudad en un megaproyecto política y técnicamente inviable.

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Los diseños de Transmilenio por la séptima fueron el secreto mejor guardado de la Alcaldía por tres años. Pero gracias a la audiencia pública citada por mí el pasado 5 de diciembre, en donde el IDU presentó los diseños finales del proyecto, la ciudadanía pudo conocer lo que le espera a la emblemática carrera séptima. A pesar de que la Alcaldesa repitió desde campaña que no haría Transmilenio por la Séptima, en últimas pospuso tres años lo que no es más que nuevo proyecto para embutir a las malas una troncal de buses.

El proyecto de Claudia López es un absurdo sin justificación técnica. No sólo pretende eliminar por completo el tráfico mixto de norte a sur desde la calle 92 hasta la calle 32, sin contar con un plan alternativo para todos los carros, motos, ambulancias, chivas rumberas, camiones de reparto, rutas escolares y demás vehículos particulares que ya no van a transitar por la séptima; sino que además el proyecto se basa en una mentira. ¿Por qué buses y no un tranvía? Bueno porque la Administración amañó el estudio de alternativas.

El estudio de alternativas es un documento de 195 páginas que da las razones “técnicas” para desechar la opción férrea y declarar a Transmilenio como el modo más adecuado para el corredor. El estudio no fue producto de una empresa independiente, es un trabajo hecho por el IDU y la Secretaría de Movilidad, estas dos dependencias del Distrito llegan a una conclusión amañada, producto de los criterios mismos empleados para la evaluación.

Por ejemplo: para decir que el tranvía no tiene la capacidad adecuada para la Séptima utilizan una cifra de 9.000 pasajeros/hora/sentido, pero a la hora de calcular los costos lo hacen sobre un tranvía con una configuración capaz de transportar 17.000 pasajeros/hora/sentido. Otra deliberada artimaña es el peso que se le da en la calificación a los transbordos, en Bogotá no existe un solo kilómetro de transporte férreo mientras tenemos 11 troncales, 138 estaciones y 114 km de Transmilenio. Pues, resulta muy evidente que si la ciudad está llena de buses, la entrada en operación de cualquier sistema férreo implicará transbordos entre un modo y otro. Sorprende que los transbordos que les parecen tan graves para un tranvía, pasen desapercibidos a la hora de romper la futura línea de metro en dos partes desconectadas, en lugar de extender la línea 1 hacia el occidente como se ha planteado desde hace 40 años.

Por supuesto, el tranvía se rajó en el estudio de alternativas, quedó como un “juguete muy costoso”.

Esto es supremamente grave y debe ser investigado por los entes de control, no podemos basar los proyectos de la ciudad en la improvisación y los caprichos de la Alcaldesa de turno. Ante estos cuestionamientos, la Alcaldía no ha dicho nada, ni siquiera en el debate de control político al que cité en el Concejo de Bogotá dieron respuestas a los cuestionamientos.

Hasta el momento la presión ciudadana ha impedido que esta la Séptima corra la misma suerte de otros corredores y esto Claudia López lo sabe. La Administración implementó una especie de juego llamado “StreetMix” en donde los ciudadanos podían elegir el modo de transporte (desde un tren hasta alfombras voladoras) y definir el ancho de los distintos componentes del perfil vial. En ese jueguito 4.759 personas eligieron un modo férreo, frente a 1.224 ciudadanos que optaron por más buses.

Ojalá no nos sorprenda el año nuevo con esta licitación abierta, Claudia López ya ha sumado suficientes incumplimientos y este seguramente sería una estocada final para su evidente aspiración presidencial.

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