Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) acaban de cumplir 7 años desde su lanzamiento en la asamblea anual de Naciones Unidas del año 2015, como una hoja de ruta para que todos los actores en el mundo colaboren para abordar los desafíos globales y minimizar los riesgos ambientales, sociales y económicos. Desde ese momento, he tenido la oportunidad de conocer iniciativas en distintas partes del mundo que acogen estos como una hoja de ruta para poder contribuir con los objetivos y metas propuestos para el año 2030, pero siempre mi preocupación ha estado enfocada en que, a pesar de que hay muchos actores y se tiene excelentes estrategias, se requiere acelerar el paso si realmente queremos transformar la forma de hacer negocios y aportar a la Agenda 2030.
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Sé que las personas que trabajan los temas de sostenibilidad, como yo, pensarán que estamos haciendo bastante y no quiero desalentar el trabajo que venimos realizando pero he reflexionado en los últimos años sobre la necesidad de ir más allá, acelerar el paso hacia las acciones. Alianza Team, empresa asociada a CECODES, me invitó a participar como panelista en el II Foro Ambiental Industrial Sumar por el Planeta, un espacio distinto a los que acostumbro a asistir, pero muy importante ya que fue en un territorio, no en una gran ciudad y es realmente donde debemos comenzar a generar conciencia respecto a estos marcos conceptuales. Allí hice la pregunta, como generalmente hago en estos espacios, sobre quienes de los asistentes conocían los ODS; a lo cual muy pocos respondieron afirmativamente. Posiblemente las personas que nos encontramos en el ecosistema de la sostenibilidad estamos convencidos de que es lo que debemos hacer, pero tenemos un gran desafío: comunicar e inspirar a los no convencidos de que esta es la única forma de actuar a través de un lenguaje simple y contundente.
Por esta razón celebro estas iniciativas, donde el sector privado está en constante búsqueda de alineación con todos sus grupos de interés. En este espacio me encontré con empresas, grandes, medianas y pequeñas, con academia, entidades de gobierno, ONGs, entre otras. Tuvimos la gran oportunidad de conversar durante una mañana entera de casos de éxito y herramientas que permiten hacer frente a uno de los desafíos globales más urgentes, la emergencia climática. El mensaje fue claro: necesitamos actuar ahora, dentro de este marco conceptual de la sostenibilidad, para lograr los objetivos a través de acciones conjuntas. En este espacio nos acompañaron empresas como Grupo Nutresa y Promigas, líderes en sostenibilidad, las cuales compartieron sus experiencias y cómo es una ventaja competitiva trabajar dentro de este concepto. Mencioné este espacio porque necesitamos seguir multiplicando este tipo de iniciativas con el fin de inspirar a más actores con el cumplimiento de la Agenda 2030 en todos los rincones de nuestro país, tanto rural como urbano.
La acción de las empresas puede impulsar las transformaciones claves que necesitamos para crear un mundo en el que cumplamos las metas de los ODS y donde más de 9 mil millones de personas vivan bien, dentro de los límites planetarios, para el 2050. Para alcanzar la Visión 2050 (hoja de ruta que promovemos desde el WBCSD y CECODES), la empresa, los gobiernos y la sociedad civil deben cambiar los sistemas que han generado los retos a los que nos enfrentamos ahora y el cambio debe ser tan profundo que podamos llamarlo legítimamente una transformación.
Lo anterior consistirá en modificar lo que pasa en el negocio en sí, y todo lo que sucede fuera de él para influir en lo que sucede dentro, desde la demanda de los consumidores, la asignación de inversiones, hasta la regulación gubernamental y el panorama competitivo. La transformación implica un cambio a nivel de la causa raíz. Significa reinvención, resiliencia, regeneración y el surgimiento de maneras completamente nuevas de pensar y actuar, basadas tanto en premisas como en fuentes de valor totalmente originales.
Las empresas pueden liderar el proceso de transformación haciendo lo que mejor saben: pensar fuera de la caja a través de la creación e innovación de soluciones que las personas necesitan y quieren, esto a través del involucramiento de los gobiernos, inversionistas y la sociedad en general, para hacer esto posible en mercados competitivos. Pero esto debe suceder partiendo de una verdadera creación de valor y no solo seguir focalizados en la extracción de valor, La creación de valor real, muy bien explicado en la Visión 2050 original, es cuando los costos y los beneficios ambientales y sociales se internalizan y se reflejan en el precio relativo de los bienes y servicios, y en el estado de resultados, los costos de capital y las valoraciones del mercado de las compañías. Por esto, los quiero invitar a actuar dentro de este marco conceptual y tener como foco dos principios clave como base, las transformaciones de raíz y las alianzas estratégicas focalizadas para poder contribuir de una manera decidida al cumplimiento de los ODS y llegar a ser sostenibles como lo plantea la Vision 2050, que más de 9.000 millones de personas vivan bien sin sobrepasar los límites planetarios para el año 2050.