La relación diplomática entre la Casa de Nariño y la Casa Blanca atraviesa un nuevo episodio de tensión. El presidente Gustavo Petro utilizó sus canales oficiales para responder de manera directa a los recientes señalamientos del mandatario estadounidense, Donald Trump, quien ha sugerido vínculos financieros irregulares entre el Gobierno colombiano y la administración de Nicolás Maduro.
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Con un tono marcado por la incredulidad, Petro calificó como una falta de rigor los informes que recibe su homólogo norteamericano. “Pensé que la inteligencia norteamericana era más profesional, o que siéndola, no la escucha el presidente de los EE. UU. y se rodea de codiciosos de extrema derecha que no buscan la verdad”, afirmó el mandatario, sugiriendo que la visión de Washington sobre Colombia está distorsionada por intereses políticos particulares.
La controversia escaló luego de que Trump señalara a Petro de actuar como “testaferro” de Maduro. Ante esto, el presidente colombiano fue enfático en señalar que, hasta la fecha, no existen evidencias en territorio nacional que sustenten tales afirmaciones. Aunque Petro recientemente calificó por primera vez a Maduro como “dictador”, rompiendo un largo silencio que le valió numerosas críticas, sostuvo que no tiene certezas de que el líder venezolano haya extraído riquezas del país de forma ilícita.
“En nuestro país no hay prueba de narcotráfico de parte de él”, subrayó Petro, desmarcándose de las acusaciones de “narcotraficante” que Trump ha lanzado contra el líder chavista en días previos. Asimismo, el mandatario colombiano adelantó que en enero ofrecerá una declaración detallada sobre su visión del movimiento progresista de Hugo Chávez y las “frustraciones” que, a su juicio, dejó el gobierno venezolano tras la muerte de su fundador.
La Lista Clinton y el dilema del cannabis
Uno de los puntos de mayor fricción en la declaración fue la inclusión de Petro y su núcleo familiar en la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), conocida popularmente como la Lista Clinton. El presidente calificó este hecho como un “destoche” (despropósito) del gobierno estadounidense y citó una investigación de The New York Times para argumentar que no existen pruebas que justifiquen su permanencia en dicho registro sancionatorio.
Finalmente, Petro aprovechó para cuestionar los resultados operativos en el Caribe. Al referirse al hallazgo de restos de lanchas interceptadas, señaló una paradoja en la política antidrogas: muchas de estas embarcaciones transportaban cannabis, una sustancia legal en gran parte de Estados Unidos, pero cuya prohibición en Colombia ha costado vidas.
“El Congreso de Colombia no debió permitir su ilegalidad. Ese voto ha quitado la vida de muchos lancheros humildes”, sentenció. Según el mandatario, la estrategia de EE. UU. está desenfocada, pues mientras se persigue el cannabis en el mar, “la cocaína a Europa está pasando en submarino y contenedor”.
