El panorama laboral en Colombia experimentará una transformación significativa a partir del próximo año. Después del anuncio realizado por el presidente Gustavo Petro el pasado 29 de diciembre, el salario mínimo para 2026 se fijó en COP 2.000.000, una cifra que incluye tanto el sueldo base como el auxilio de transporte. Este ajuste, definido de manera unilateral luego de no alcanzarse un acuerdo en la mesa de negociación tripartita, representa un incremento global del 23,7 %.
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Con este movimiento, el país no solo busca mitigar el costo de vida interno, sino que escala posiciones en el escalafón regional. Convertido a moneda extranjera, el nuevo ingreso mínimo colombiano equivale aproximadamente a US$539,6, lo que sitúa a Colombia como el quinto país con el salario mínimo más alto de Latinoamérica.
Así quedó el puesto de Colombia en Latinoamérica
La actualización salarial permite que Colombia supere a economías vecinas como Ecuador (US$482) y Bolivia (US$469). Sin embargo, aún se mantiene por debajo de cuatro naciones que lideran la tabla de competitividad salarial en dólares:
- Costa Rica: US$725
- México: US$641
- Uruguay: US$599
- Chile: US$594
En el extremo opuesto del ranking, países como Brasil (US$294) y Argentina (US$247) presentan ingresos básicos significativamente menores, mientras que casos críticos como Venezuela y Cuba permanecen fuera de la comparación competitiva con cifras que no alcanzan los US$90 mensuales.
Voces y perspectivas económicas
Durante la alocución, el mandatario colombiano destacó que la decisión se fundamentó en la búsqueda de un “salario mínimo vital familiar”, apoyándose en indicadores de productividad y justicia social. “La inflación es una lucha por la democratización de la riqueza”, afirmó el presidente, citando al economista Piero Sraffa para justificar la presión que este aumento podría ejercer sobre los precios.
Para el ciudadano de a pie, el desglose final queda así: un salario base de COP 1.750.905 y un auxilio de transporte de COP 249.095. El reto para 2026 será equilibrar este nuevo ingreso con la sostenibilidad de las pequeñas y medianas empresas, que concentran la mayor parte de la fuerza laboral del país.
