El caso de las menores fallecidas por la ingesta de frambuesas contaminadas con talio en abril de 2025 ha tomado un giro que trasciende el reciente duelo. La investigación de la Fiscalía General de la Nación, reforzada por testimonios médicos y documentos de extradición revelados recientemente, sugiere que este letal químico ya había circulado en el entorno de la familia de Bedouth años antes de la tragedia que conmocionó a la capital.
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La principal señalada, la empresaria Zulma Guzmán Castro, enfrenta hoy un complejo panorama judicial mientras permanece bajo custodia en un hospital de Londres, amparada por la Ley de Salud Mental tras ser rescatada del río Támesis.
A medida que avanza su proceso de extradición, las autoridades colombianas intentan armar un rompecabezas que une dos momentos críticos: el envenenamiento de las niñas y una enfermedad previa, hasta ahora poco clara, que padeció Alicia Graham, madre de una de las víctimas.
El antecedente de 2020: un síntoma inconfundible
La historia clínica de Alicia Graham, fallecida en agosto de 2021, es hoy una pieza clave. Según el doctor Julio Portocarrero, médico internista que atendió a Graham en diciembre de 2020, le mencionó a Los Informantes que la paciente llegó a su consulta con síntomas que inicialmente se atribuyeron a una recaída de cáncer de seno. Sin embargo, la combinación de una caída severa del cabello y una neuropatía periférica, dolores intensos en las piernas que impedían el movimiento, llevó al especialista a una sospecha clínica definitiva: intoxicación por talio.
El doctor mencionó que los exámenes de laboratorio confirmaron niveles de entre 80 y 90 microgramos del metal en su organismo, una cifra alarmante considerando que el valor normal no debería ser detectable.
Aunque Graham logró recuperarse temporalmente después de un tratamiento con agentes quelantes, sufrió una recaída fatal durante un viaje a Europa. Expertos como el toxicólogo Camilo Uribe, le señalaron también a Los Informantes que, si bien el talio no causa tumores directamente, el estrés sistémico de una intoxicación masiva debilita el sistema inmunológico, lo que pudo facilitar la reactivación de patologías previas.
Una coincidencia bajo sospecha
Para los investigadores, la reaparición del talio cuatro años después en el mismo núcleo familiar no parece ser deliberada. En el evento de abril de 2025, las concentraciones del metal fueron tan extremas, superando los 3.000 microgramos, que los equipos de medición no lograron precisar el límite, calificándolo directamente como una dosis letal.
La relación extramatrimonial que Guzmán Castro mantuvo con Juan de Bedouth, esposo de Alicia y padre de una de las menores, se sitúa en el centro de la hipótesis de un “crimen pasional”. El abogado Fabio Umar confirmó que dicho vínculo terminó tiempo antes de los hechos, pero la Fiscalía documentó maniobras de Guzmán para vigilar a De Bedouth, incluyendo el presunto uso de dispositivos GPS y consultas a terceros sobre el futuro de la relación tras la muerte de Alicia.
El proceso en Londres
Actualmente, el Estado colombiano ha asignado un abogado de oficio para Guzmán Castro debido a las dificultades para localizarla y su presunta intención de borrar huellas digitales antes de su hallazgo en el Reino Unido.
De ser extraditada y hallada culpable por homicidio agravado y tentativa de homicidio, la empresaria podría enfrentar una pena de hasta 50 años de prisión.
Mientras tanto, el rastro del talio, una sustancia prohibida en Colombia desde los años 70, sigue siendo el hilo conductor de una investigación que busca justicia para dos niñas y respuestas sobre la muerte de su madre.
