El sistema educativo en Colombia se encamina hacia una de sus transformaciones más profundas de las últimas décadas. A partir del año 2026, el tradicional examen de Estado Saber 11, aplicado por el Icfes, dejará de medir únicamente el conocimiento académico en áreas como matemáticas o ciencias para integrar un componente inédito: la evaluación de competencias emocionales.
Le puede interesar: “Soy invencible en el terreno moral”: Iván Cepeda denuncia complot de inteligencia tras lanzar su precandidatura
Este ajuste, que ya genera expectativas en miles de instituciones, surge tras la aprobación de la ley que hace obligatoria la Cátedra de Educación Emocional en todos los niveles, desde preescolar hasta el grado once. El objetivo es claro: el Estado colombiano ya no solo quiere saber cuánto saben los jóvenes, sino qué tan capaces son de gestionar su mundo interior.
¿Qué evaluará exactamente el nuevo componente del Icfes?
Hasta hoy, el éxito en las Pruebas Saber 11 dependía de cinco áreas tradicionales. Sin embargo, para 2026, el Ministerio de Educación y el Icfes implementarán instrumentos estandarizados para medir cinco ejes fundamentales del desarrollo humano:
- Conciencia emocional: La capacidad del estudiante para identificar y entender sus propios sentimientos y los de los demás.
- Regulación emocional: Qué tan bien puede el alumno controlar sus reacciones bajo presión o en situaciones de estrés cotidiano.
- Autonomía personal: El nivel de independencia en la toma de decisiones y la responsabilidad sobre las propias acciones.
- Inteligencia interpersonal: Habilidades de comunicación asertiva, empatía y la capacidad para resolver conflictos de forma pacífica.
- Habilidades para la vida: Recursos psicológicos para prevenir conductas de riesgo, como adicciones o violencia.
El reto para los colegios: De la teoría a la práctica
La inclusión de esta área en el examen de Estado obliga a las instituciones educativas, tanto públicas como privadas, a rediseñar sus currículos de inmediato. No se trata de una charla ocasional, sino de una asignatura con horas académicas formales.
Los colegios deberán ajustar sus metodologías para preparar a los estudiantes que hoy cursan secundaria, quienes serán los “pioneros” de esta nueva modalidad de evaluación. Esto implica capacitar al cuerpo docente y fortalecer los equipos de orientación escolar, ya que el impacto de esta nota podría ser determinante para el acceso a becas y cupos en la educación superior.
Bogotá lidera el camino con “Escuelas con Emociones”
Mientras el Ministerio de Educación reglamenta la ley a nivel nacional, la capital ya ha tomado la delantera. El programa “Escuelas con Emociones” de la Secretaría de Educación de Bogotá ya trabaja con rectores y docentes en la creación de una malla de aprendizajes socioemocionales. Esta estrategia regional servirá como piloto y guía para el resto del país.
¿Qué pasará con las materias tradicionales?
Es importante aclarar que la educación emocional no reemplazará a las matemáticas o al lenguaje. El examen Saber 11 mantendrá sus áreas básicas, pero se expandirá para ofrecer un perfil más integral del bachiller colombiano. Según la normativa, la educación debe centrarse en resultados cognitivos, pero también en las capacidades que influyen en el bienestar social y comunitario.
Con un plazo de 12 meses para que el Gobierno reglamente totalmente la asignatura, el 2026 marcará un hito: por primera vez, la empatía y la autorregulación tendrán un lugar oficial en el carné de resultados de los futuros profesionales de Colombia.
