La Asamblea Nacional de Juventudes, celebrada en Barranquilla y programada hasta el 21 de diciembre de 2025, se convirtió en el escenario de la aparición de Juliana Guerrero a los espacios del Ministerio de la Igualdad.
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El evento, encabezado por el ministro Juan Carlos Florián, congregó a consejeros del Pacto Histórico, pero también evidenció las fracturas internas y el descontento de sectores que cuestionan la permanencia de Guerrero en el entorno gubernamental.
A pesar de que su designación como viceministra de la Juventud no se concretó tras los cuestionamientos sobre su formación académica, Guerrero mantiene su rol como delegada del presidente Gustavo Petro ante el Consejo Superior de la Universidad del Cesar (UniCesar). En la capital del Atlántico, se le vio interactuando con representantes juveniles afines al Gobierno.
La jornada no estuvo exenta de reclamos. Un grupo de asistentes portó pancartas con la consigna “Juliana Guerrero no nos representa”, manifestando su rechazo a la cercanía de la funcionaria con la administración nacional. “En un país donde estudiar no es suficiente, es increíble que se permita la entrada a alguien cuyos títulos fueron anulados”, declaró un asistente a El Tiempo.
Este despliegue en Barranquilla ocurre semanas después de que la Fundación Universitaria San José anulara, el 7 de noviembre de 2025, sus títulos en Contaduría Pública y Tecnología en Gestión Contable por irregularidades en su historial. Actualmente, la Fiscalía 42 Especializada de Bogotá adelanta una indagación preliminar por presunta falsedad documental y fraude procesal, mientras la Procuraduría evalúa posibles sanciones disciplinarias.
Lejos de retirarse de la vida pública, Guerrero ha intensificado su actividad en el departamento del Cesar. El pasado 8 de diciembre acompañó la inscripción de las listas a la Cámara de Representantes por el Frente Amplio Unitario, coalición respaldada por Roy Barreras. Su apoyo a esta lista, donde figuran nombres como Luis Fernando Quintero, Omar Benjumea y Lina de Armas, marca una distancia frente a la lista cerrada del Pacto Histórico liderada por Alexandra Pineda.
Esta apuesta por un espacio de liderazgos alternativos busca disputar el poder a las alianzas tradicionales de la región. Mientras los procesos judiciales avanzan, Guerrero continúa ejerciendo funciones institucionales y políticas, consolidando una agenda que, para muchos, es el preludio de una futura aspiración electoral en el norte del país.

