La política de drogas en Estados Unidos podría estar al borde de una transformación sin precedentes. Este lunes, 15 de diciembre de 2025, el presidente Donald Trump anunció que su administración está considerando “seriamente” reclasificar el cannabis, moviéndolo de la estricta Lista I (Schedule I) a una categoría menos restrictiva, probablemente la Lista III (Schedule III).
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Esta decisión, que daría un vuelco a décadas de prohibición federal, no solo abriría las puertas a la investigación científica masiva sobre la marihuana, sino que también aliviaría las cargas regulatorias y fiscales de la creciente industria cannábica legal en el país.
El Argumento Central: Desbloquear la Ciencia
El mandatario fue claro al señalar el motor principal detrás de esta iniciativa: la ciencia. “Mucha gente quiere que se lleve a cabo la reclasificación, porque ello daría lugar a una gran cantidad de investigaciones que no se pueden realizar a menos que se reclasifique, así que la estamos considerando seriamente", declaró Trump a la prensa.
Actualmente, el cannabis está categorizado bajo la Lista I de la Ley de Sustancias Controladas, el mismo grupo que incluye drogas de alto riesgo y sin uso médico aceptado como el LSD, el éxtasis y la heroína. Esta clasificación impone obstáculos casi insuperables para los investigadores, limitando el acceso de laboratorios y universidades al material de estudio.
Al mover el cannabis a la Lista III, donde se encuentran sustancias con potencial de abuso menor y usos médicos aceptados (como la codeína y algunos esteroides), el panorama cambiaría drásticamente.
- Impulso a la Investigación: Sería mucho más sencillo para universidades y laboratorios obtener permisos para investigar sus propiedades medicinales.
- Posibilidad de Recetar: Los médicos federalmente autorizados podrían, por primera vez, recetar o recomendar cannabis a sus pacientes, una posibilidad actualmente vedada.
- Beneficios Fiscales: La reclasificación podría cambiar la aplicación de la ley federal 280E, que actualmente obliga a las empresas de cannabis con fines medicinales a pagar impuestos significativamente más altos que otros negocios.
El Precedente de Biden y el Consenso Bipartidista
La iniciativa de Trump retoma el esfuerzo que ya había promovido el demócrata Joe Biden al final de su mandato en 2024. Biden, quien en su momento afirmó: “Nadie debería estar encarcelado por usar o poseer marihuana. Punto”, presentó una propuesta similar que, sin embargo, no logró concretarse antes del cambio presidencial.
Este intento bipartidista subraya un creciente consenso político en EE. UU. de que la clasificación actual del cannabis es obsoleta y perjudicial. La propuesta no solo busca corregir una injusticia histórica, sino también adaptarse a una realidad que ya es un hecho en la mayoría de los estados.
Una Realidad Descentralizada: Estados que ya Legislaron
Mientras el gobierno federal delibera, la gran mayoría de los estados ya ha tomado cartas en el asunto, ejerciendo su autoridad para establecer sus propias normas.
Actualmente, el uso recreativo y medicinal para adultos mayores de 21 años está permitido en 24 jurisdicciones, incluyendo potencias como California, Colorado, Nueva York y Míchigan.
Otros 15 estados, como Florida, Texas y Pensilvania, han legalizado el cannabis exclusivamente con fines médicos. Esto deja solo a Idaho, Kansas, Carolina del Sur y Wyoming como los únicos estados donde el cannabis está completamente prohibido.
La potencial reclasificación federal enviaría una señal clara, unificando el criterio federal con la realidad legal que ya vive casi todo el país. La medida de Trump, si se concreta, no solo será una noticia política, sino un catalizador para el futuro de la medicina, la economía y la justicia en Estados Unidos.

