El gobierno de Estados Unidos confirmo este miércoles, 10 de diciembre, la incautación de un buque petrolero frente a la costa de Venezuela. La operación habría sido llevada a cabo descendiendo desde un helicóptero hasta la embarcación, que dicen que transporta petróleo sancionado entre el país vecino e Irán.
Las autoridades estadounidenses afirman que el procedimiento se realizó fuera de las costas de Venezuela y señalan que el buque llevaba varios años sancionado por EE. UU. debido a que estaría involucrado en una red ilegal de comercio de petróleo que apoyaría organizaciones terroristas en varios países.
Otra suma a las tensiones entre Venezuela y EE. UU.
Esta acción agrega un nuevo elemento a la lista de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela. El presidente del país norteamericano, Donald Trump, confirmó la operación en una reunión en la Casa Blanca y afirmó que es el buque “más grande jamás incautado” y que dicha intervención se llevó a cabo por “una muy buena razón”, de la que no dio más detalles.
Al parecer, según información de Bloomberg y Reuters, la embarcación se dirigía a Cuba, donde la estatal Cubametales habría planeado vender el crudo a intermediarios de Asia. Además, el barco viajaba sin información comercial rastreable y con su sistema de identificación apagado.
Esta confiscación se puede interpretar como una presión más al régimen de Nicolás Maduro, que se uniría a otras decisiones recientes, como la advertencia emitida por la Administración Federal de Aviación sobre el espacio aéreo venezolano. Igualmente, hace parte del despliegue militar estadounidense en el Caribe, donde el gobierno de Trump ha bombardedo múltiples ‘narcolanchas’ en aguas que no son de la jurisdicción de EE. UU. El propio presidente Gustavo Petro se ha pronunciado reiteradamente en contra de estos ataques y ha hecho llamados para ‘defender la soberanía’ de Colombia y otros países.

