La Fiscalía de Milán, Italia, abrio una investigación sobre un macabro caso de asesinatos que, presuntamente, tomó lugar en la guerra de Bosnia. Lo que plantean las denuncias que llevaron a indagar los hechos es que durante el sitio de Sarajevo, capital de Bosnia y Herzegovina, millonarios de Italia y de otros países pagaban por ir al territorio en conflicto y matar personas, en expediciones llamadas “safaris humanos”.
Las investigaciones del periodista y escritor Ezio Gavazzeni, quien recopiló documentación y evidencia después de ver el documental Safari en Sarajevo (2022), del esloveno Miran Zupanič, han causado una tormenta en el país ante la crueldad de lo denunciado.
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Unas vacaciones para “cazar” humanos
Después de la independencia de Bosnia de la extinta Yugoslavia, Sarajevo, su capital, vivió un violento asedio que se extendió entre 1992 y 1995 y causó la muerte de más de 10.000 personas. Azotada por tiroteos y fuego que artillería, la ciudad permanecía cercada sin que pudieran ingresar recursos básicos como alimentos en medio de un conflicto con tintes étnicos que disputaban facciones de lo que antes fue Yugoslavia.
En ese contexto bélico y de crisis humanitaria, se dieron los señalados “safaris” de francotiradores. Según el periodista, que trabaja de la mano de los abogados Nicola Brigida y Guido Salvini, los responsables eran personas millonarias de Italia y otros países que iban como si se tratara de un simple plan vacacional.
Estas personas, habrían ido durante fines de semana voolando de Trieste a Belgrado, donde militares serbobosnios los llevaban a las colinas que rodeaban Sarajevo para iniciar la “actividad”. El costo de ir a las tétricas cacerías estaba entre los 80.000 y 100.000 euros,y podían haber tarifas mayores si se quería disparar a niños.
“Muchos, muchos italianos participaron. También había franceses, alemanes e ingleses. Eran personas ricas, sin motivación política ni religiosa: lo hacían por diversión y satisfacción personal”, le dijo Gavazzeni al medio británico The Guardian. Las investigaciones señalan que los presuntos asesinos serían individuos con mucho dinero, apasionados por las armas y con vínculos a la extrema derecha. Además, testimonios de un agente de inteligencia bosnio sin identificar indican que los servicios secretos militares italianos (SISMI) sabían del tema.
En el informe que le entregó a las autoridades, Gavazzeni cita a John Jordan, voluntario en Sarajevo, en un declaración que hizo contra el líder serbio Slobodan Milosevic en La Haya: “Vi en más de una ocasión a personas que no me parecían del lugar por su ropa, por las armas y por el modo en que eran tratados, guiados por personas locales (...) Cuando un tipo se presenta con un arma que parece más indicada para la caza del jabalí en la Selva Negra que para la guerra urbana en los Balcanes... Cuando lo veías moverse, se veía que era un novato”.
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La investigación en Italia
El caso es liderado por el fiscal Alessandro Gobbis, quien investiga a los sospechosos bajo cargos de homicidio voluntario múltiple con agravantes de crueldad y motivos abyectos. Gavazzeni dice que abrió el caso en Italia porque la Fiscalia bosnia archivó la investigación y los tribunales de Serbia consideran que se trata de “una leyenda metropolitana”, según le contó al diario La Repubblica.
El cónsul bosnio en Milán, Dag Dumrukcic, ha afirmado que habrá “total colaboración” del Gobierno de su país y declaró: “Estamos impacientes por descubrir la verdad de un asunto tan cruel y cerrar las cuentas con el pasado. Conozco algunas informaciones que aportaré a la investigación”.

