A través de sus redes sociales, el precandidato presidencial y exdirector del Departamento Administrativo para la Prosperidad Social Gustavo Bolívar generó polémica después de decir que el expresidente Álvaro Uribe debería estar en la cárcel. El comentario lo hizo después de que se conoció la condena a cinco años de prisión contra el expresidente francés Nicolás Sarkozy.
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En efecto, Sarkozy fue sentenciado después de ser hallado culpable de recibir dineros de Libia para financiar su campaña presidencial en 2007. “Tres de esos cinco años los tiene que pagar intramural. Es decir, con su uniforme de reo dentro de una celda, compartiendo patio con otros delincuentes”, expresó Bolívar.
Expertos citados por el medio francés Le Figaro advirtieron que Sarkozy podría pagar entre 24 y 36 meses efectivos de prisión. No obstante, indicaron que dependerá de lo que definan los jueces en la apelación.
Entre tanto, se sabe de antemano que Sarkozy podría ser enviado tras las rejas en los próximos días, cuando la condena quede en firme.
“¿Por qué en Colombia un expresidente no puede ir a la cárcel? ¿Por qué cuando se insinúa que Álvaro Uribe pague su condena en la cárcel, todo el mundo se escandaliza?“, se preguntó Bolívar y arremetió contra la rama judicial de Colombia.
“Esas prácticas que hemos normalizado acá son las que nos tienen como un país atrasado. Por eso nuestra justicia no funciona. Por eso casi todos los funcionarios que son condenados por corrupción terminan pagando sus condenas en sus mansiones o en establecimientos militares”, concluyó Bolívar.
¿Por qué el expresidente Uribe está en libertad tras ser condenado?
En efecto, en la actualidad el expresidente Uribe se encuentra en libertad tras ser condenado por los presuntos delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal. Esto se debe a que el exmandatario fue sentenciado en primera instancia y decidió presentar una apelación ante el Tribunal Superior de Bogotá.
En Colombia es poco frecuente que cuando una condena se apela en segunda instancia, el procesado deba ser privado de la libertad a menos de que haya riesgo de fuga, que represente un peligro para la sociedad o que pueda obstruir la justicia.
Si bien la jueza Sandra Heredia, que condenó a Uribe en primera instancia, había decidido ordenar prisión domiciliaria por considerar que podría huir al exterior, más tarde el Tribunal Superior de Bogotá consideró que podía permanecer en libertad mientras se resolvía el proceso penal en segunda instancia. Esta decisión fue ratificada a mediados de este mes por la Corte Suprema de Justicia.