La polarización política en Colombia ha alcanzado un nuevo punto de tensión con la reciente controversia que involucra al reconocido abogado Abelardo de la Espriella. El presidente Gustavo Petro no dudó en actuar, llevando el asunto a instancias judiciales nacionales e internacionales.
A través de sus redes sociales, el presidente Petro fue enfático en su solicitud: “Le solicito a la Fiscalía @FiscaliaCol de Colombia y a la justicia de los EEUU, iniciar investigación contra esta persona que amenaza de muerte a un grupo poblacional con identidad política, que es crimen contra la humanidad”. Esta acción presidencial subraya la gravedad con la que el Gobierno percibe las palabras del abogado, elevando la discusión a la categoría de un potencial crimen contra la humanidad, dada la naturaleza de la amenaza hacia un grupo con identidad política definida.
La petición de Petro a la justicia de Estados Unidos sugiere una preocupación por la posible residencia o vínculos de De la Espriella con dicho país, lo que abriría la puerta a una investigación transnacional sobre el alcance y las implicaciones de sus declaraciones.
Más noticias: Alias ‘Libardo’, la mano derecha de ‘Mordisco’ y terror del sur, cae en operación militar
Las contundentes palabras de De la Espriella: “Para destriparlos como se merecen”
Las declaraciones de Abelardo de la Espriella que han generado esta controversia y la solicitud presidencial son las siguientes:
- “Sepan ustedes señores de la Izquierda, que en mi tendrán siempre un enemigo acérrimo, para destriparlos como se merecen."
- “Conmigo no habrá saludos, conmigo no habrá nada más que enfrentarlos, para acabar ese cáncer que es la izquierda radical."
Estas afirmaciones han sido interpretadas por el presidente Petro como una amenaza directa y grave contra un sector de la población con una identidad política específica, lo que ha impulsado la acción judicial.
Implicaciones jurídicas y el debate sobre la libertad de expresión
La solicitud del presidente Petro no solo pone a Abelardo de la Espriella en el centro de una investigación penal, sino que también reaviva el complejo debate en Colombia sobre los límites de la libertad de expresión, especialmente en un contexto de alta tensión política. Las amenazas de muerte o el fomento de la violencia contra grupos específicos son considerados delitos graves en la legislación colombiana, y pueden tener implicaciones aún mayores si se encuadran dentro de crímenes contra la humanidad.
La Fiscalía General de la Nación tendrá ahora la tarea de evaluar la denuncia presidencial, determinar el contexto exacto de las declaraciones de De la Espriella y establecer si existe mérito para iniciar una investigación formal por los delitos señalados por el presidente Petro. Este caso será seguido de cerca por la opinión pública y los analistas políticos, dado el perfil de los involucrados y la sensibilidad de las acusaciones.

