En pleno Día de la Madre, Colombia fue testigo de uno de los feminicidios más dolorosos de los últimos años. Erika Aponte, una joven de 26 años, madre de un niño de ocho, fue asesinada por su expareja Christian Camilo Rincón en su lugar de trabajo en el centro comercial Unicentro, al norte de Bogotá. Tras cometer el crimen, el agresor se quitó la vida. El suceso quedó grabado por testigos que, aterrados, se escondieron bajo las mesas de una cafetería cercana.
Juliana Panesso Silva, presidenta de la Red Apoyo Cicatrices Resilientes, creada en memoria de Erika, reveló en entrevista con Blu Radio que la joven vivió más de una década bajo violencia. Erika conoció a su agresor cuando ambos eran adolescentes. Quedó embarazada a los 17 años y desde entonces comenzó un ciclo de maltratos. Pese a varios intentos por separarse, las amenazas y el temor a que su hijo fuera víctima de violencia vicaria la obligaban a regresar.
La medida de protección que llegó tarde
Cuatro días antes del crimen, Erika había iniciado un proceso legal para obtener una medida de protección. Sin embargo, esa protección no alcanzó a implementarse. “Cuando la medida llegó, Erika ya no estaba”, relató Panesso, subrayando que muchas mujeres están en mayor riesgo justo cuando intentan salir de relaciones abusivas.
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Tras el asesinato, el hijo de Erika quedó bajo custodia de los abuelos paternos. Spencer López, psicólogo de la red, advirtió sobre los riesgos de una narrativa que omita a la madre como víctima. “No sabemos en qué lugar de esa narrativa va a quedar Erika”, señaló, alertando sobre una posible revictimización.
Feminicidios en Colombia 2025: una cifra que crece
Según el Observatorio de Feminicidios en Colombia, entre enero y junio de 2025 se registraron 342 casos, un aumento del 6,5 % con respecto al mismo periodo del año anterior. Antioquia, Bogotá y Valle del Cauca lideran la lista de departamentos con mayor número de feminicidios. La Defensoría del Pueblo, por su parte, reportó 123 casos entre enero y abril de 2025, junto con más de 5.300 denuncias por violencia intrafamiliar. Estos datos muestran un panorama alarmante que requiere atención inmediata.
Aunque Colombia cuenta con la Ley 1761 de 2015 (Ley Rosa Elvira Cely), que tipifica el feminicidio como delito autónomo, su aplicación efectiva aún deja vacíos. La falta de celeridad en las medidas de protección y la insuficiencia en la atención psicológica, jurídica y social para las víctimas son factores que siguen contribuyendo a tragedias como la de Erika.

