En redes sociales circula un video que ha causado conmoción: una menor de edad indígena es brutalmente golpeada con tallos herbáceos por dos hombres, hasta perder el conocimiento. El hecho habría ocurrido en la comunidad indígena de Gito Dokabu, en el departamento de Risaralda.
La Comisión Nacional de Mujeres Indígenas de Colombia y la Comisión de la Mujer de Aico por la Pachamama emitieron un comunicado conjunto expresando su más profunda indignación por lo ocurrido. “Alzamos nuestra voz con profunda indignación para denunciar este acto de violencia”, señalaron, exigiendo garantías de justicia, protección a la víctima y respeto a los derechos humanos, incluso dentro de contextos culturales propios.
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Ambas organizaciones advierten que este hecho “constituye una grave violación a los derechos humanos, y a los principios espirituales, culturales y políticos de nuestros pueblos indígenas. ¡Nada justifica la violencia contra nuestras mujeres y niñas!”.
Finalmente, piden a las autoridades del territorio de Gito Dokabu que inicien una investigación y sancionen a los responsables de este acto.
Cifras alarmantes de violencia contra mujeres indígenas en Colombia
La violencia contra las mujeres indígenas en Colombia es una problemática persistente y alarmante. Según el Observatorio de Violencias Basadas en Género del Programa Mujer del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), el 86% de los casos de violencia contra mujeres indígenas no son denunciados, lo que refleja una grave falta de acceso a la justicia para estas comunidades.
Además, un informe de la Unidad para las Víctimas indica que, en 2021, 264.578 mujeres indígenas fueron reconocidas como víctimas en el marco del conflicto armado, lo que evidencia la magnitud de la violencia estructural que enfrentan.
Estas cifras reflejan la urgente necesidad de implementar políticas públicas efectivas que protejan a las mujeres indígenas y garanticen su acceso a la justicia, así como el respeto a sus derechos humanos.
Llamado a la acción
El caso de la menor agredida en Gito Dokabu pone de manifiesto la necesidad de revisar y fortalecer los mecanismos de protección y justicia en las comunidades indígenas. Es imperativo que las autoridades, tanto indígenas como estatales, trabajen conjuntamente para erradicar la violencia de género y garantizar la seguridad y el bienestar de todas las mujeres y niñas en Colombia.
La sociedad colombiana no puede permanecer indiferente ante estos hechos. Es responsabilidad de todos promover una cultura de respeto, equidad y justicia para construir un país donde ninguna mujer, sin importar su origen étnico, sea víctima de violencia.

