En una conversación que ha generado tanto curiosidad como debate, Juan Sebastián Marroquín —nombre que adoptó Juan Pablo Escobar Henao, hijo del temido narcotraficante Pablo Escobar— abrió una ventana íntima hacia su niñez y la relación con su padre. El testimonio se dio durante una charla con Ignacio “Nacho” Llantada, vocalista de la banda mexicana Los Claxons, donde Marroquín compartió detalles sobre la faceta más privada del hombre conocido por encabezar uno de los carteles de droga más temidos del mundo.
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Aunque hoy se desempeña como arquitecto, conferencista y defensor de la paz, Juan Sebastián no evade las complejidades de su herencia. En sus palabras, Escobar fue un padre amoroso en un entorno familiar que contrastaba por completo con la violencia y el poder que lo definían públicamente.
Marroquín recuerda que incluso en medio de operaciones millonarias, su padre interrumpía todo para atenderlo:“Yo llegaba a la oficina de mi papá... y mi papá decía: ‘A ver, espérate. Llegó mi hijo, llegó lo más importante que yo tengo’”.
El relato continúa con una confesión cargada de paradoja:“Ese amor, ese cariño, ese afecto y un papá que nunca me aconsejó mal. O sea, paradójicamente, él era muy mal ejemplo por fuera de casa, pero dentro él me decía, ‘elige bien, estudia, no te drogues, esfuérzate, respeto para todo el mundo’”.
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Contra la corriente de la masculinidad tradicional
Además de abordar su educación emocional, Marroquín señaló el carácter contracultural de los gestos de afecto de su padre, en una época y sociedad marcadas por el machismo.“Él estaba presente conmigo, me abrazaba y me daba besos. Estaba muy mal visto en Colombia en esa época, un país hipermachista (...) decía, ‘¿Qué pasa con ese padre? ¿Por qué le está dando besos a ese niño?‘”, relató.
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Pese a ser parte de un entorno dominado por la violencia y el poder, Escobar, en el ámbito íntimo, mantenía una actitud de cariño poco común entre hombres de su entorno:“Eso es cariño, es un afecto, es un abrazo, o sea, es amor. (...) No le importa, no, ¿cómo no le vas a decir que lo quieres?”.
Una invitación a la unión familiar
Más allá de recordar a su padre, el mensaje de Marroquín busca poner el foco en el poder restaurador del núcleo familiar, independientemente del pasado:“Por eso soy un defensor de la familia. Independientemente del entorno, de lo que hagan tus padres, es importante que invitemos a las familias mexicanas a reunirse, pero devolverse a unir. (...) Eso no sabes la paz que le trae a la sociedad”.