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“Vencer el silencio alrededor del aborto esa ha sido la lucha en Colombia”: autoras del libro “Conversaciones fuera de la catedral”

PUBLIMETRO les preguntó a Ana Cristina González Vélez y a Cristina Villarreal cómo avanza la despenalización social de este derecho para las mujeres.

Cristina Villarreal y Ana Cristina González Vélez autoras del libro "Conversaciones fuera de la catedral".
Suministradas Cristina Villarreal y Ana Cristina González Vélez autoras del libro "Conversaciones fuera de la catedral".

El 21 de febrero de 2022 marcó un hito histórico en Colombia, cuando la Corte Constitucional emitió un fallo a favor de permitir la interrupción voluntaria del embarazo durante las primeras veinticuatro semanas de gestación, sin importar la razón. Este logro representa el resultado de décadas de lucha y activismo, protagonizados por numerosas mujeres y algunos hombres que se unieron a la causa desde los años setenta del siglo pasado.

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Sus autoras Ana Cristina González Vélez y Cristina Villarreal Velásquez, dos destacadas figuras en este movimiento, fueron reconocidas por la revista Time como dos de las 100 personas más influyentes del mundo en el año 2022.

En el libro “Conversaciones fuera de la catedral”, las autoras, junto con la periodista Laila Abu Shihab y con el prólogo Claudia Piñeiro comparten el proceso detrás de esta victoria histórica. Desde los primeros pasos del movimiento hasta los desafíos que enfrentan las nuevas generaciones, el libro ofrece una visión detallada de cómo se forjó este camino hacia la despenalización del aborto en Colombia. Además, revela quiénes fueron los actores clave en cada etapa y plantea los desafíos futuros que aún deben superarse para lograr una despenalización total en el país. PUBLIMETRO le hizo estas preguntas a las autoras de esta publicación.

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¿Cómo fue el proceso de documentar un libro con una línea de tiempo y hechos que ocurrieron en el pasado hasta la actualidad en cuanto a la despenalización del aborto en Colombia?

Ana Cristina González Vélez: El proceso de documentar el libro fue un ejercicio de memoria, de revisión de documentos, archivos de construcción colectiva, de incorporar muchas voces y a través de ese ejercicio poder establecer una línea del tiempo de lo que nosotras llamamos una historia de la lucha por el derecho al aborto en Colombia. Fue un ejercicio coral que fue integrado por la periodista Laila Abu Shihab donde hay dos voces que conducen principalmente la conversación que son la de Cristina Villarreal y la mía y al mismo tiempo incluye otras voces que nos permitieron construir esta línea de tiempo.

Cristina Villarreal: Diría que Ricardo Silva Romero, el escritor colombiano tan exitoso fue la primera persona que sembró la semilla porque apenas un día después de la decisión de la Corte del 22 de febrero de 2022 nos planteó la idea de que esta historia había que contarla e insistió mucho en eso tanto que nos puso en contacto a Ana Cristina y a mí con la editorial, con Penguin que tuvo una reacción totalmente entusiasta, con mucha motivación hacia el tema y allí empezamos fue a pensar junto con la editorial cómo podía ser el formato. La idea original era cómo pensar en un formato de narrar la historia y después fue que por idea de la misma editorial, una vez se hizo la documentación a través de las cientos de entrevistas que tuvimos con Laila Abu que fue la periodista que sugirió la editorial para que fuera la que contara la historia desde su pluma sino que no se manejara con una narración lineal sino a manera de entrevistas y esa decisión fue importante que terminó en un producto muy bonito y muy fácil de leer. Por otra parte, en esas entrevistas desde muy al comienzo pensamos que era importante que aparecieran las voces de Ana Cristina y la mía, porque este es el esfuerzo colectivo de muchas personas. Mujeres principalmente, pero también algunos hombres  que han participado todos estos años en el proceso y sus voces también aparecen en el libro. Este proceso fue un ejercicio de memoria colectiva. En primer lugar tuvimos que acotar muy claramente cuál era esa línea de tiempo que queríamos contar porque era muy fácil mezclar esto con la historia del feminismo en Colombia, pero desde las etapas iniciales de la construcción del libro fuimos claras en entender y en plantear que no era una historia sobre el feminismo en Colombia. Era una historia por la lucha de la despenalización del aborto y en esto queremos ser muy enfáticas y es que no es la “historia sobre la despenalización del aborto” porque las historias las contamos las personas y esta es nuestra historia y por eso lo llamamos “una historia”. No es la única historia, probablemente se nos quedan cosas por fuera. Hicimos un esfuerzo grande por reconstruir memoria, especialmente, para construir esa línea de tiempo y allí fue muy importante el aporte de toda la documentación desde el año 1998 que tiene la Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres porque allí nos ayudaron a reconstruir la última etapa. Los años anteriores fueron todo un ejercicio nuestro pero también de vincular otras personas a ese proceso de ayudarnos con los recuerdos de tantas otras.

Leyendo el capítulo “Los años noventa: del silencio a la acción pública” en la página 65 vemos que fueron unos muy decisivos para esta lucha imprescindible en el país. Hubo allanamientos, cierres de las sedes de Oriéntame  y no se podía hablar del tema ¿Nos pueden contar qué fue lo más difícil para encender la llama en esos oscuros días para defender este derecho humano de las mujeres en Colombia?

Ana Cristina González Vélez: Lo más difícil fue enfrentar una prohibición legal tan absoluta con una ausencia absoluta de conversación social y un silencio y como una autocensura que había impuesto la sociedad en su conjunto. Creo que lo más difícil fue enfrentar estas dos cosas, por eso nosotras resolvimos tener una acción de carácter estratégico que fue la creación de la Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres para el largo plazo donde empezáramos por eso por romper ese silencio y abrir esa conversación.

Cristina Villarreal: Lo más difícil siempre y en esa época en particular ha sido vencer el silencio alrededor del tema del aborto en Colombia esa ha sido la lucha. El tema del aborto siempre estuvo muy silenciado, muy clandestino y especialmente muy estigmatizado. Era un tema del que no se hablaba, las mujeres lo tenían que vivir muy solas, sin una red de apoyo que las acompañara por el silencio y el estigma, poner el tema sobre la mesa ha sido siempre nuestra intención y yo creo que lo más clave en esa época “para encender la llama”, como lo dices fue la decisión de juntarnos, que está narrada en el libro alrededor de lo que llamamos la Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres. Esa decisión de empezar a trabajar de una manera coordinada, articulada entre las personas que venían haciendo un activismo puro y duro desde el movimiento de mujeres y desde las personas que veíamos desde la prestación de servicios viendo a las mujeres que estaban en situación de aborto de manera permanente. Por otros la decisión que esa Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres debía invitar a personas de diferentes disciplinas. Siempre teníamos claro que debían estar presentes las abogadas, las psicólogas, las médicas,  las personas de las ciencias sociales y de la salud, pero también las comunicadoras. Ha sido un espacio siempre la Mesa de confluencia de todas estas disciplinas que nos ha permitido desde siempre poner los términos de la conversación de una manera amplia, honesta y muy compresiva de todas las aristas que se tocan en relación con la interrupción voluntaria del embarazo y eso fue clave para encender la llama y vencer ese silencio.

En el capítulo de “Los Magistrados inhibiéndose y las mujeres muriéndose” ¿Qué fue lo más complejo de discutir en esas mesas de negociación con la justicia y además con organizaciones como Católicas por el Derecho a Decidir, entre otras?

Cristina Villarreal: Toda esa estrategia frente a la Corte Constitucional para pedir la despenalización parcial del aborto del Proyecto LAICIA: “litigio de alto impacto en Colombia: la inconstitucionalidad del aborto”, liderado por Mónica Roa y no fue por la Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres, la mesa lo que hizo fue acunar ese proyecto, como lo dice Mónica en la página 162 del libro refiriéndose a la mesa “fue el primer lugar al que llegué para presentar en septiembre de 2004. Muchas de sus integrantes me ayudaron con información y allí hicimos reuniones periódicas durante el año de preparación de la demanda, cuando la presentamos era en la mesa dónde le hacíamos seguimiento, fue un proceso colectivo, yo encontré allí un núcleo duro de personas que tenían claro que esta era una lucha muy importante y habían hecho todo un trabajo previo”, es en este contexto que quiero dar respuesta a esta pregunta porque una de las estrategias más importantes del proyecto LAICIA fue definir las vocerías para cada uno de los temas que podían surgir durante la discusión de la Corte Constitucional sobre la propuesta de la despenalización parcial. Se identificaron las voceras jurídicas, los voceros del sector salud que eran médicas y médicos y unas voceras muy particulares y especiales fueron Católicas por el Derecho a Decidir porque es una organización que desde el interior de la iglesia, porque no hace parte de la jerarquía eclesiástica de la religión católica, pero se identifican así mismas cómo mujeres católicas defienden los derechos sexuales y reproductivos y muy en particular el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, entonces el aporte en un país católico, conservador como este de una organización como esta ha sido clave en todo este proceso desde el comienzo para aportar argumentos católicos, de la iglesia, de los documentos católicos en favor de la despenalización. Esto dado que desde la jerarquía eclesiástica sólo nos muestra una versión de la posición de la iglesia, lo que ellas hacen es mostrar que no es una posición única, unívoca, donde no hay fisuras sino que hay diferentes posiciones incluso al interior de la iglesia. Los tema difíciles fueron, entre otros, si la despenalización sería total o parcial y otro de los temas importantes y difíciles fue si se debían o no establecer límites de edad gestacional para el derecho que debía reconocer la Corte Constitucional, la decisión fue que no se iban a establecer límites y esos fueron los temas más difíciles.

¿Cómo se llegó al acuerdo de definir las causales para la despenalización del aborto en Colombia, según el libro que son los puntos que se más se debatieron en el país?

Cristina Villarreal: Esa fue una decisión del Proyecto LAICIA “litigio de alto impacto en Colombia: la inconstitucionalidad del aborto” de Mónica Roa. No fue una decisión en la que participáramos nosotras activamente. Generó tensiones porque esta fue una discusión histórica de la Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres y era ideal buscar la despenalización total o por el contrario ir dando pasos y había unos que defendían una y otra opción. Al interior de la Mesa lo que se decidió fue que otra de nuestras integrantes iba a solicitar una solicitud por la despenalización total y eso terminaba siendo estratégico en términos de que la estrategia del Proyecto LAICIA parecía menos radical a la vista de los opositores o eso pensábamos, por lo menos. Hay que tener en cuenta que las tres causales que se plantearon en ese momento que eran por violación, el peligro para la vida y la salud de las mujeres y la de malformaciones fetales incompatibles con la vida eran tres causales que ya estaban en muchas de las legislaciones en el mundo entero y también de varios países de América Latina. La diferencia era que en los países de América Latina donde existían esas causales como eximentes de la pena de aborto no se usaban, es decir, estaban escritas en las leyes y en los papeles, pero nadie las usaba ni el personal de salud ni las mujeres solicitaban. Se hizo un gran empeño en la Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres para que esto no nos ocurriera en Colombia y que íbamos a apostarle con todas nuestras fuerzas a que eso fuera una realidad a que las tres causales se implementaran en la realidad y a partir de allí tomamos la decisión de empezar a hacer unas discusiones incluso regionales con colegas, amigas y compañeras de otros países para los desarrollos conceptuales de la causal salud, de la causal violación en los que desmenuzamos con muchos argumentos y apoyadas siempre en jurisprudencia y en documentos internacionales y locales para explicar qué era cuando un embarazo ponía en riesgo la salud y la vida de las mujeres o qué quería decir eso de un embarazo producto de una violación. El apoyo de la mesa con la conceptualización lograron una implementación real para tratar de disminuir todas la barreras después de 16 años de estar batallando por esa implementación que fue la que nos llevó a pensar de que ya se habían agotado fue la que nos llevó a pensar que ya se habían agotado el sistema de causales y que había que pedir la eliminación del delito del aborto logrando la despenalización completa y ese fue como el germen que dio lugar al movimiento Causa Justa que logró la despenalización total del aborto hasta la semana 24.

Me pareció muy oportuno el título del último capítulo de darle a esta lucha por la despenalización del aborto en Colombia el concepto de “La Batalla Cultural del Siglo” por todas las barreras penales, morales, políticas y religiosas que rompió  ¿Cuáles son los desafíos que enfrenta el derecho del aborto hacia el futuro del país?

Ana Cristina González Vélez: Los desafíos tienen que ver con la implementación, que es asegurar el acceso para todas las mujeres en toda su diversidad en todo el país. También el acceso con telemedicina y el acceso al aborto automedicado, proteger la decisión legal de todos los ataques legales y políticos y contribuir al cambio cultural.

Cristina Villarreal: Son cuatro desafíos para el futuro principalmente. Uno es lograr lo que la corte estableció de manera tan bonita en la sentencia del 2022 se implemente realmente y que se disminuya y que se acaben las barreras y los obstáculos que las mujeres todavía siguen enfrentando para lograr la interrupción voluntaria del embarazo incluso antes de la semana 24. Allí hay todo un trabajo por seguir. También con la normalización de los servicios. Que esta no solo sea una linda ley que nos ha puesto a la cabeza en el mundo progresista sino una realidad para las mujeres colombianas. Por otra parte, el otro desafío está en sostener lo que se logró porque los movimientos antiderechos son muy activos en buscar estrategias jurídicas que retrocedan lo ya logrado y allí hay que estar muy atentas y buscando dónde están las amenazas y los peligros porque “la liebre salta por donde menos lo esperamos”. Debemos mantener los argumentos que cobijó la Corte y seguir activando la conversación. Es muy importante cómo lo ha dicho el movimiento Causa Justa por la despenalización social, ya la tenemos en términos legales, la despenalización total hasta la semana 24 y después de la semana 24 seguimos teniendo las causales, pero socialmente en las mentes de las personas que el aborto sea un servicio de salud como cualquier otro y por lo tanto se normalice este servicio, que las mujeres sepan que este servicio existe, que tienen este derecho, que no tienen que recurrir a servicios clandestinos y peligrosos sino que pueden exigirle a su servicio de salud la interrupción voluntaria de su embarazo sin ninguna necesidad de dar ninguna justificación y ninguna causal hasta la semana 24 y que se incluya en la educación médica, de abogados y abogadas en todas las profesiones que se tocan con este tema. El último desafío que nos queda es que el símbolo del delito todavía existe, que está en el Código Penal y el desafío es eliminar este delito del código penal que sea un servicio de salud reglamentado por el sistema sanitario y no por el derecho penal que es donde continúa estando hoy en día.

¿Cómo desde Oriéntame y otras instituciones las mujeres en el país ya se pueden informar sobre su derecho al aborto en Colombia en la actualidad?

Ana Cristina González Vélez: Hablo desde la Mesa, la información para las mujeres está circulando ampliamente en redes sociales. Creo que falta una labor más consistente de parte de las autoridades para informar sobre los marcos legales para informar sobre este derecho. Nosotros desde la Mesa tenemos nuestras redes sociales sino también campañas, una línea telefónica, atención a casos concretos de mujeres que experimentan barreras y un trabajo desde las regiones con otros grupos de mujeres que potenciamos desde el Movimiento Causa Justa.

Cristina Villarreal: A pesar de los inmensos esfuerzos que hemos hecho desde las organizaciones Oriéntame, la Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres, Causa Justa, para informar de los derechos adquiridos a través de las sentencias de la Corte nuestra acción es limitada y esto pasa por el desafío de la despenalización social del aborto en la medida en que se convierta en un servicio normal y parte de los beneficios que se ofrecen dentro del sistema de salud como está en el papel. La actividad de las EPS, con las gestoras de salud y que las mismas prestadoras de este servicio deben hacer campañas para informar a las mujeres. El Ministerio de Salud ha hecho unas campañas muy tímidas, a mí juicio, pero allí está parte de la información y en la prestación de los servicios como hacemos en Oriéntame así se debería hacer en todos los servicios de salud. La mujer cuando se le cuenta que está embarazada la pregunta qué se le debe hacer es si ese fue un embarazo deseado e informarle sobre sus derechos para que por la fuerza del boca a boca las mujeres también y que las entidades de salud le proteja ese derecho a interrumpir su embarazo cuando esta lo desee si esa es su voluntad y deseo.

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