Con relativa frecuencia, empresas de distintos sectores usan las llamadas telefónicas como parte de su estrategia para impulsar sus ventas. Créditos, seguros y planes de telefonía móvil son apenas algunos de los ejemplos que pueden resultarles familiares a los ciudadanos que han sido contactados para comprar productos que no han solicitado.
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En redes sociales, de hecho, muchas personas se han quejado de que la gran cantidad de llamadas que reciben a la semana los han llevado a la desesperación.
De hecho, hace unos días, una ciudadana en su cuenta de X (antes Twitter) relató que se sentía abrumada porque la estaban llamando con demasiada frecuencia a ofrecerle múltiples servicios y productos.
El trino adquirió gran relevancia y generó múltiples comentarios. Pues bien, otra usuaria de redes sociales comentó la publicación y dio un sencillo truco que, según explicó, le había funcionado para librarse de las llamadas.
La ciudadana, que se identifica en X con el usuario @halm_18, sostuvo que escucho la grabación de una promoción que una empresa de telefonía le había compartido por medio de una llamada y luego, como si estuviera interesada en comprarla, le pidió al sistema que la contactara con un asesor.
Después de saludar a la persona que la atendió y escuchar el mensaje de que la llamada estaba siendo grabada y monitoreada, le dijo lo siguiente: “Como la llamada está grabada, dejo constancia de que revoco toda autorización que haya dado para me contacten con fines comerciales. No autorizo que me llamen más. Si me vuelven a contactar, me voy hasta las últimas consecuencias con la Superintendencia”.
Y agregó que no volvieron a llamarla, pese a que antes su teléfono timbraba entre cinco y siete veces a la semana. En respuesta a ese trino, varias personas aseguraron que, a pesar de ser muy sencillo, el “truco” resultó muy efectivo y evitó que las volvieran a contactar por esa vía.
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El derecho al habeas data
El hecho de que el “truco” funcione se explica por el derecho que tienen todos los ciudadanos en Colombia al Habeas Data. En la práctica, esto implica que las personas naturales y jurídicas son las titulares de la información que tienen sobre ellas en bancos de datos.
En esa medida, los ciudadanos tienen todo el derecho a decidir cómo se usan sus datos personales. En un boletín jurídico de la Superintendencia de Industria y Comercio se cita un caso de ejemplo para explicar cómo funciona el manejo de esa información.
Puntualmente, indican que una ciudadana presentó un reclamo ante una empresa que le enviaba mensajes promocionales constantemente. Allí le pidió a la organización que no le enviara más mensajes y, aunque la firma indicó que evitaría hacerlo de nuevo, siguió incurriendo en esa práctica.
“Para esta Superintendencia es claro que la facultad de solicitar la supresión del dato personal o la revocación de la autorización concedida, es una de las atribuciones propias del derecho fundamental de hábeas data, por lo que impuso la correspondiente sanción equivalente a cincuenta (50) salarios mínimos mensuales legales vigentes”, concluyó.