Según el alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez, en la ciudad hay actualmente 1.200 personas en condición de calle. Ante este panorama, el primer mandatario solicitó a los gobiernos de Colombia y Venezuela una mayor inversión para adecuar espacios de atención y rehabilitación a esta población, con el objetivo de brindarles un cuidado y así reducir este fenómeno.
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Parte de esta cifra está Brayan, un joven que lleva más de 11 años como habitante de calle, luego de que el consumo de sustancias psicoactivas como el bazuco, lo empezara a alejar de su familia desde los 15 años.
Su mamá, María Elena Hernández ha sido quien más ha sufrido su ausencia y adicción. Dolor que transformó en fundar y liderar la Fundación Banquete del Bronx, la cual brinda alimento y cuidados en heridas a las personas sin techo. “Un día que llegué a la calle a buscarlo a él, porque se perdía mucho tiempo, empecé a hablar con otro muchacho y empecé a darme cuenta que en la calle había pelados que necesitaban ayuda y que no tenían mal corazón, y empecé a relacionarme con ellos, a buscarles un alimento”, dijo en entrevista para Noticias Caracol.
Y es que para ellos, María es un ángel. “Todos la queremos aquí, todos la conocemos, la respetamos. Ella es nuestra segunda mamá”. “Ella viene de parte de Dios y es lo que uno tiene que entender, porque cualquier persona no lo haría”, dijo otro sintecho.
Un reencuentro lleno de lágrimas: así encontró madre a su hijo habitante de calle luego de varias semanas
En medio de una de sus jornadas de alimento y primeros auxilios, María Elena siempre espera encontrarse en alguna esquina, caño o puente a su hijo Brayan.
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Aunque pensó que ese día no sería, finalmente lo encontró tirado en una calle frente a una casa junto a una bolsa en la que carga plásticos y uno que otro cartón para aislar el frío.
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“Vámonos, Brayan, deje todo esto botado que usted ya no necesita de esto, usted ya es para que esté conmigo trabajando de la mano y sacando gente de este lugar. Más que nadie sabe lo dura que es la calle”, le pide ella a su hijo en medio del reportaje de Noticias Caracol. “No, todavía no estoy preparado como para irme”, le responde.
Ambos se miran, él sonríe, quizá de nervios o de verla. Y cuando ve a su mamá llorar, ambos se funden en un abrazo que transmite solo amor. “Siempre queda el vacío en el corazón de dejar uno el hijo acá, eso es como ver que el hijo está en etapa terminal y decir no tengo los recursos para sacarlo o la forma de cómo hacerlo. Cuánto quisiera tener la oportunidad o la forma de poderlo convencer, así como se logran otros muchachos... y estar uno detrás del de uno rogándole todo el tiempo de que vamos, vámonos”. “La quiero mucho, la amo, la extraño... un día de estos me voy”.
