En los últimos días se han conocido detalles que rodearon los hechos dentro de una fiesta en Puerto Colombia que terminó con la vida de dos personas, entre ellas la del cumpleañero y motivo de la celebración. Ahora, algunos testigos aseguran que en el lugar habían funcionarios públicos que lo presenciaron todo lo sucedido.
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De acuerdo con las versiones que se han conocido a través de las investigaciones que adelantan las autoridades, al parecer, en el lugar se encontraban funcionarios públicos, que también serían fichas de tres clanes mafiosos que operan en el Caribe colombiano.
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El Tiempo ha tenido acceso a informes de la investigación en la que se encuentran los detalles de todo lo sucedido. Dentro de las hipótesis que se manejan, está que este caso podría ser una riña entre poderosos comerciantes y sus guardaespaldas. Sin embargo, para las autoridades es un hecho en el que quedan en evidencia capos de La Guajira, Cesar, Atlántico e incluso Venezuela.
”Ellos mismos se encargaron de ponerse en evidencia y ahora andan buscando un mediador (palabrero) para ‘arreglar’ los dos muertos y evitar que la investigación pase a mayores”, le contó una persona cercana del caso al mismo medio.
Las lujosas cabañas de la fiesta en Puerto Colombia son de propiedad de Gerlein
El mismo diario confirmó que las lujosas cabañas Mediterrané, en donde se realizó la fiesta y murieron dos personas, son parte del patrimonio del empresario Mauricio Gerlein y a su esposa. Según indicaron, se las habían alquilaron a una supuesta profesora que dijo que eran para una ‘simple recepción’.
En el reporte oficial se indica que en el lugar minutos después de la balacera, fueron retenidos dos hombres con las camisas salpicadas de sangre, un fuerte olor a licor y dos armas cortas.
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Según se conoce, los hombres se movilizaban en una camioneta Lexus de 200 millones de pesos que, con 42 impactos de bala, se negó a seguir por la vía que de Salgar conduce a Barranquilla y que la Policía Metropolitana de Barranquilla retuvo.
Los retenidos fueron identificados como Roberto Carlos Vega Daza y José Nadín Marrugo Herrera, este último exsoldado del Batallón de Policía Militar de Barranquilla. Ambos fueron trasladados a la URI de la Fiscalía por presunto porte ilegal de armas.