Muchas personas se han enfrentado a la situación en la que un amigo o familiar le han pedido ser fiador o codeudor en un trámite. Sin embargo, la decisión de responder por alguien más no debería tomarse a la ligera, teniendo en cuenta los riesgos que conlleva.
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El término fiador o codeudor hace referencia a la responsabilidad que se asume de responder por la deuda asumida por otra persona. En caso de que dicha persona no pueda cumplir con sus obligaciones, será el fiador o el codeudor el responsable de asumirla.
Aunque son muy parecidos, la diferencia principal entre ambos títulos radica en el procedimiento de cobro. Así, el codeudor es tratado de la misma manera que el deudor, es decir, la entidad prestamista estará en todo el derecho de exigirle el pago principal.
Por otra parte, al fiador no podrán cobrarle el pago principal de la misma forma, no sin antes haber agotado otras opciones de cobro como el embargo de bienes.
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¿Qué riesgos tiene ser fiador o codeudor?
El riesgo principal es que, en caso de que el deudor no responda con la deuda pendiente, pasará a ser responsabilidad del fiador, lo que quiere decir que su patrimonio se verá comprometido.
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El primer paso para realizar el cobro por parte de la entidad encargada será enviar una notificación que comunique la situación. Una vez hecho esto, podrá proceder al cobro y al posterior embargo del sueldo y propiedades en caso de que el fiador no pueda responder.
Además de esto, el fiador quedará reportado ante las centrales de riesgo, lo que en un futuro le afectará en el score crediticio y en los próximos préstamos personales que requiera.
Para disminuir los riesgos, el portal de RapiCredit aconseja analizar al deudor, sea conocido o no, y su capacidad de pago y confiabilidad.
Además de esto, es recomendable formalizar un acuerdo en el que se determinen los términos y condiciones que no comprometan al fiador más de lo que es capaz de asumir.
Finalmente, es importante estar al tanto de la situación y estar pendiente del cumplimiento de la deuda por parte del deudor.
