Luego de que en la madrugada del domingo 11 de septiembre, el profesor Álvaro Díaz Pineda; su esposa, Loiden Acuña Pérez, y sus hijos, Sebastián y Karen, de 13 años, fueron asesinados y posteriormente incinerados en su casa, ubicada en el municipio de Landázuri, departamento de Santander, una empleada doméstica, quien sobrevivió al hecho, alertó a la comunidad de lo que había sucedido.
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Tras su alerta, los habitantes, enardecidos, buscaron a los presuntos responsables de la masacre y asesinaron a cuatro, mientras William Alfonso Trejos permanecía retenido en una escuela del sector Mirolindo.
Allí la comunidad llegó a lincharlo y dejarlo sin vida, tal como con los demás. Sin embargo, Didier Rodríguez, defensor del Pueblo del Magdalena Medio, le contó a El Tiempo, que un sacerdote fue quien se ofreció a protegerlo por al menos tres horas, mientras llegaban las autoridades.
“La comunidad le perdona la vida a esta persona. La Fiscalía se contacta con nosotros y pide inmediación, corrió la voz y la gente quería sacar de la escuela a esta persona para asesinarlo. Nos comunicamos con el padre que estaba en el sector para pedirle que por favor entregara a la persona, que no le fueran a quitar la vida. Además, le pedimos al personero que acompañara a la Policía y mediara para que no sucediera una tragedia”.
Fue tras un diálogo con los habitantes, quienes aceptaron que saliera, para que posteriormente le leyeran sus derechos, fuera capturado y entregado al ente acusador para iniciar así el proceso judicial. “Ojalá esto sirva para aclarar cuáles fueron los móviles de este hecho”, señaló Rodríguez.
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La procedencia de William Trejos
El gobernador de Santander, Mauricio Aguilar, pidió que este capturado “le caiga todo el peso de la ley”. Contó, al mismo medio citado anteriormente, que William Alfonso Trejos, alias ‘Mi negro’, tiene 36 años y nació en Maracaibo, Venezuela.
“Tiene cédula de Maracaibo, el alias es por, al parecer, antecedentes judiciales que tiene. Esto es una bomba de tiempo, se están generando violencia, muertes y disputas entre bandas de microtráfico”.