La violencia al interior de las instituciones educativas refleja ser una realidad latente en la ciudad de Bogotá, luego de que se conoció el caso de una niña que fue brutalmente golpeada hasta llevarla a un coma. El suceso ocurrió por autoría de compañeras de su colegio Bravo Pérez, en la localidad Rafael Uribe Uribe, al sur de la ciudad de Bogotá.
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La golpiza se habría dado a las afueras de la institución, pero luego de que el conflicto se destara al interior de la misma. Hasta quedar inconsciente la menor de edad habría sido golpeada especialmente en su cabeza, como narró su madre.
La mujer narró que el conflicto habría empezado al interior del colegio, con jalones de cabello a su hija y que escaló fuera de la institución, en donde “la tiraron al piso, me la golpearon contra el piso. Al ver que mi niña estaba inconsciente las otras compañeritas la cogieron a patadas en su cabecita hasta que dijeron ‘hasta ahí llegó la niña, ¿será que se murió?’. No me la ayudaron, me la dejaron tirada hasta que llegó la ambulancia”.
Los padres de varios alumnos de la entidad educativa fueron los que auxiliaron a la menor de edad luego de la brutal golpiza y se quedaron allí hasta que llegó la ambulancia. Una de estas mujeres habría dado aviso a la mamá de la menor, diciéndole que estaba inconsciente y en el piso.
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La mujer también narró que la niña llegó grave y aún insconsciente al hospital este jueves 31 de marzo, “no sabía quién era quién, no respondía, no abría los ojos”. Calló en coma. Afortunadamente, este viernes 1 de abril recibió la llamada en la que le informaron que la niña se había despertado y estaba estable, por lo cual sintió un alivio grande.
Al respecto, la mujer comenta que ningún directivo de la institución se ha pronunciado y que estas peleas son frecuentes en los salones, el patio, y en los baños, donde “amenazan a los estudiantes con machete”.
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Luego de los hechos, la mujer cuenta que han recibido amenazas por denunciar este hecho y que ahora a sus otros dos hijos que están en el colegio le toca cambiarlos de entidad y cambiarse de barrio porque están en peligro.
Contó que los amenazaron diciéndoles que “si denunciábamos las amenazas iban en contra de nosotros y no me voy a quedar callada porque es la vida de mi hija y son casos que están pasando en la institución. No quiero que lo que le pasó a mi hija le pase a otro estudiante”.
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