Hay una tormenta a nivel mundial desatada por la llamada crisis de los contenedores. Los productos que generalmente mantienen la economía local, no han podido llegar de Asia a Occidente, entre otras cosas, por los efectos asociados a la pandemia.
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Aunque el tema es muchísimo más complejo, lo cierto es que los precios de los productos y materias primas, están por las nubes.
Colombia es uno de los países afectados. En uno de los casos, la llegada de textiles se ha retrasado, ocasionando incrementos y otras dificultades. En esa medida, la industria de moda nacional ha tenido que recurrir a lo guardado de años anteriores, y a comprar a las grandes bodegas a precios entre el 30% y el 50% superiores al año anterior. Y esto, finalmente, no solo afecta los bolsillos de los comerciantes sino del consumidor.
Aunque cada emprendimiento ha realizado los ajustes necesarios, lo cierto es que la pinta navideña de este diciembre, en puntos como San Victorino, saldrá más costosa. Se habla de incrementos hasta del 50%.
¿Cómo afecta la crisis de los contenedores a Bogotá?
Publimetro habló con distintas marcas con presencia en El Gran San para conocer su opinión.
¿Cómo le ha afectado a su empresa el hecho que no hayan llegado los contenedores?
“Como en Colombia no se puede sembrar cáñamo industrial ni podemos hacer telas de cáñamo, nos toca traer del exterior este material.
Con el tema de los contenedores, hemos tenido una problemática muy difícil, porque casi todo se retrasó 70 días este año. Nosotros, por lo general, vamos pidiendo 3000 o 4000 metros de tela para tener durante unos cuatro meses. La última tela que tenía que recibir en agosto, llegó en octubre y la que tenía que llegar en octubre está llegando en este diciembre; desafortunadamente como esa materia prima se retrasó, el ciclo de producción igual.
Además de los retrasos en los tiempos, está el tema de los costos, ya que un contenedor que costaba 3000 dólares ahora puede estar costando 7000 dólares, lo cual ha tenido una incidencia en el costo directo de la materia prima del 30%. Todo subió muchísimo.
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Igualmente, como la materia prima subió, el costo final de la prenda también subió, en nuestro caso del 15%.
Sin embargo, esta es una oportunidad de oro, para que el Gobierno Nacional apoye la industria de la moda; igualmente, es una oportunidad para que en Colombia podamos hacer plantaciones de cáñamo y así extraer la fibra y hacer ropa ecológica, 100% nacional”.
“Para la fabricación de las prendas se necesitan distintos insumos. Por ejemplo, el tema de las telas ha subido bastante, porque la demanda está muy alta y los proveedores no dan a basto con los pedidos, pues no han llegado contendores, no han llegado telas, no han llegado cosas nuevas…
Las telas que normalmente manejan un precio estándar, han subido bastante. Por metro, el precio se ha incrementado desde los 1000 hasta los 5000 pesos, dependiendo de la tela. Lo mismo pasa con todo lo que es cerrajería, botones y otros.
Así como estos precios han subido, nosotros como empresa también hemos tenido que subir los precios del producto final. Por ejemplo, un vestido básico que costaba alrededor de 40.000 pesos, se ha tenido que subir entre 45.000 y 48.000 pesos. En precio unidad de pronto no se ve tan reflejado, pero para los mayoristas también es una afectación enorme.
Esto lo estamos viviendo hace unos tres meses, pero ahora que es temporada decembrina, la demanda sube un montón. Sin embargo, seguiremos reinventándonos y la invitación a las personas es que tengan en cuenta está situación. Como colombiano compra colombiano, estoy segura que nos apoyarán y saldremos adelante”.
- 3. José Luis Villamil, gerente general Kott Risk, empresa colombiana que fabrica prendas.
“Nos ha afectado por los altos costos, la escasez de materia prima, e insumos textiles importados y de materiales adicionales que han afectado la producción, repercutiendo en demora para las entregas y afectando la cadena logística con nuestros proveedores.
Como empresa hemos buscado apoyo en la mano de obra colombiana, promoviendo la compra nacional y dando a conocer la calidad de nuestros procesos textiles. Nos apoyamos mutuamente en la compra de materiales y en confección, esto entre los proveedores, los textileros y los confeccionistas, para aliviar la crisis en comercialización y fabricación.
La situación nos ha mostrado también que es fundamental el comercio electrónico y la creación de estrategias que nos permitan recuperar ventas, pues es casi imposible abarcar todos los consumidores finales que nos gustaría. Igualmente, estamos fortaleciendo la compra nacional desde nuestra práctica personal, generando y creando mejor economía.
Sin embargo, la elevación de la mercancía ha sido casi entre un 50% e incluso 70% al valor de la compra que se venía efectuando, esto nos dificulta mucho en el tema económico. Lamentablemente son pocas las personas que entienden el alza de la mercancía, pues no están enterados que desde el proceso de producción los costos han aumentado; por ende los precios no pueden mantenerse iguales por mucho tiempo. Al tener alza en los costos las ventas disminuyen y no retorna la compra desde el consumidor final”.