Medellin

Entre robots, arte, música y pasos de baile los niños de Medellín resisten y sueñan en su futuro

Un recorrido por las ludotecas de Popular 1 y Aranjuez, donde los niños de Medellín descubren sus pasiones y construyen paso a paso su futuro.

Pasiones Chocolisto
Niños de Popular 1 y Aranjuez reciben clases de robótica, danza, música y dibujo para cambiar su futuro Maximiliano, un niño de 9 años, que encuentra una alternativa para su tiempo libre en la ludoteca. (Foto: Juan Augusto Cardona - Publimetro Colombia) (Juan Augusto Cardona / Publimetro Colombia)

En el corazón del centro oriente de Medellín, en el barrio Popular 1, un territorio golpeado por la violencia y el conflicto urbano, sus calles angostas y muy inclinadas respiran historia entre muros donde cuelga la ropa recién lavada y se escuchan los murmullos de un barrio que tiene mucho que contar. Allí, en una de sus esquinas, el aire cambia, las voces de los niños irrumpen y la magia tiene lugar.

Es al interior de una estructura de dos pisos, irregular con varios salones, algunos abiertos y otros cerrados, con techos altos que dejan entrar la luz, una gradería y un espacio central que permite el encuentro y la unión, en donde todo ocurre.

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Natalie Romero, coordinadora de comunicaciones en PAN Corporación Social, reveló que en este espacio lo que se busca es lograr el objetivo de “transformar vidas a través del afecto y por eso tenemos que llegar a los lugares donde más se necesita. Estamos en Popular desde hace más o menos 4 años, pero tenemos otras cuatro ludotecas alrededor de Medellín, Aranjuez, San Pablo, Manrique; Picacho y San Cristóbal”.


Justamente, llegan a lugares vulnerables en donde se convierten en la alternativa para sacar a los niños de las calles y quitárselos a las organizaciones criminales que están al asecho.

“En estos territorios en particular, donde hay tantos niños y niñas que, después del colegio, puede que no tengan una oferta muy completa, es importante ofrecerles estos espacios de juego, protección, recreación, cuidado y acompañamiento pedagógico“, dijo Romero.

A este propósito llegó el Grupo Nutresa y su proyecto Pasiones Chocolisto, que con el soporte profesional de la Universidad Pontificia Bolivariana, UPB, logran el ensamble perfecto para ofrecerle a los niños la oportunidad de construir sus sueños y un mejor futuro. Hasta el momento han logrado certificar la participación de más de 1279 niños y niñas en talento, ciencia, creatividad y educación emocional.

De esta manera, cada tarde de lunes a viernes, entre la 1 y las 4 de la tarde, niños, niñas y adolescentes tienen abiertas las puertas para aprender robótica, danza, dibujo y música, en un ambiente que se convierte en una incubadora de sueños.

Maximiliano Correa, con solo 9 años, asegura que la Ludoteca es el lugar en el que se puede divertir y desestresar, sueña con ser jugador de fútbol, pero usa el dibujo como un medio para ser feliz. “Puedo hacer muchas cosas, vengo todos los días menos los sábados. Me gusta dibujar porque me desestresa, me alivia cuando tengo dolor de estómago y me gusta que el profesor Felipe siempre nos dice que no nos preocupemos si salió mal, que lo podemos intentar una y mil veces, que no importa cuántas veces haya que empezar de nuevo”, relató.

Robótica, la llave para abrir las puertas al futuro

En uno de los salones de paredes azul rey, sobre una mesa rectangular, de madera, grande, ubicada en el centro, están los resultados de meses de aprendizaje: carritos con sensores que se mueven solos, robots que siguen líneas, figuras hechas con Legos que incorporan movimiento y piezas elaboradas con una impresora 3D.

Andrés David Garzón, profesor de robótica, egresado de la UPB, sobre su experiencia dijo que “los niños tienen mucha alegría, son muy curiosos. Quieren estar todo el tiempo armando, desarmando, haciendo preguntas, creando. Ese es el impacto más bonito que hemos visto. Además, la robótica integra muchas áreas del conocimiento, por lo que todos pueden descubrir y despertar nuevas pasiones”.

La UPB no solo aporta docentes especializados para acompañar a los niños, sino metodologías que integran arte, ciencia, tecnología y creatividad. Este año, por primera vez, el programa abrió módulos avanzados para que los estudiantes pudieran profundizar en su pasión y desarrollar proyectos personales semestre a semestre.

Tras el recorrido por Popular 1, el camino siguió hacia la Ludoteca de Aranjuez, en el barrio Palermo, donde los niños presentaron sus talentos en música y danza. Los tambores, las voces y las coreografías llenaron de energía el ambiente y dejaron en evidencia todo lo aprendido. En este espacio, la alegría, el ritmo y la emoción desbordaban cada rostro, dispuesto a mostrar con orgullo su proceso.

Lina María Cano, decana de la Escuela de Educación y Pedagogía de la Universidad Pontificia Bolivariana acompaña desde la unidad de extensión Pasiones Chocolisto desde el año 2023 y contó que desde la universidad “garantizamos que los procesos académicamente están fortalecidos, que llevamos una oferta de calidad a los niños y a las niñas, que garantizamos evaluación desde un momento inicial hasta un momento final donde vemos diferencias en el desarrollo de sus habilidades”.

“Cada vez que un niño descubre algo que lo apasiona, cambia su manera de mirar el mundo e inspira a quienes lo rodean. Nos alegra detonar y acompañar este momento y ver cómo la creatividad, la ciencia y el juego se convierten en oportunidades reales”, concluye Mauricio Madrid, Jefe de Mercadeo Bebidas Colombia.

       

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