El descontento entre una facción de la hinchada de Atlético Nacional hacia las directivas se hizo sentir nuevamente tras la conclusión del partido de vuelta de la fase previa de la Copa Libertadores en el estadio Atanasio Girardot. La derrota 0-3 del equipo ante Nacional de Paraguay y la consiguiente eliminación de la competencia internacional provocaron la reacción de la barra popular, que se trasladó a los bajos de las tribunas sur y occidental para expresar su descontento, extendiéndolo también a los jugadores.
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La protesta, resguardada por efectivos de la Policía y del antiguo Esmad, se desarrolló pacíficamente con la hinchada dedicando diversos cánticos a la dirigencia del club. A pesar de la clara molestia, mientras la manifestación permaneció en las afueras del estadio, no se registraron incidentes de orden público.
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Sin embargo, minutos después y una vez que la multitud se dispersó, se informaron enfrentamientos entre algunas personas y las fuerzas del orden en las inmediaciones de la estación Estadio del Metro, cerca de locales comerciales en la zona de la canalización y la avenida 70.
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El descontento de la hinchada refleja la frustración por el desempeño del equipo y la gestión de las directivas. Aunque la manifestación inicial transcurrió sin violencia, los incidentes posteriores evidencian la tensión latente en la comunidad futbolística. La derrota en la Copa Libertadores no solo impactó en el terreno de juego, sino que también generó descontento palpable, destacando la necesidad de abordar las preocupaciones de los aficionados y restablecer la confianza en el futuro del club.