En Colombia, la reconstrucción de espacios culturales se ha convertido en un movimiento que va más allá de la restauración. Se trata de una apuesta por el desarrollo social, la preservación del patrimonio cultural y el fomento de la creatividad y la expresión artística. Es por ello que en los últimos años, la reconstrucción acústica de estos lugares ha venido tomando fuerza en el país, una tendencia que busca mejorar la calidad del sonido en estos espacios con el fin de impulsar el desarrollo de diversas actividades artísticas y la apropiación cultural.
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Proyectos emblemáticos como el Teatro Caribe en Itagüí y el Teatro Porfirio Barba Jacob en Medellín, son ejemplos sobresalientes de cómo la reconstrucción acústica está transformando los espacios culturales colombianos. Estos proyectos, reconstruidos sonoramente por la empresa colombiana DBA Acústica, no solo representan un esfuerzo por mejorar la calidad técnica de estos recintos, sino que también tienen un impacto significativo en la vida cultural de las comunidades a las que sirven.
Juan Duque, cofundador de DBA Acústica, resalta que uno de los principales motivos detrás de esta tendencia es la necesidad de adecuar los espacios culturales a las demandas y expectativas de las audiencias actuales. Ya que diversos teatros y auditorios del país enfrentan desafíos relacionados con la infraestructura anticuada, la falta de accesibilidad y la calidad técnica limitada.
“Es un indicador de desarrollo que muchos proyectos culturales recientes busquen la creación de nuevos lugares con excelentes condiciones sonoras. Los espacios culturales con una reconstrucción acústica adecuada pueden adaptarse a una variedad de eventos y espectáculos. Desde conciertos de música clásica hasta representaciones teatrales, conferencias y eventos multimedia, un diseño acústico bien pensado garantiza que el espacio sea versátil y pueda satisfacer las necesidades de diversas actividades culturales y artísticas”, puntualiza Duque.
Así mismo, resalta que la inversión para la renovación o construcción de un centro cultural, incluyendo el acondicionamiento acústico, ronda los $5.000 millones en promedio. Sin embargo, el precio final varía dependiendo el tamaño y las necesidades de cada proyecto. Por ejemplo, en el caso del Centro Cultural Caribe, la inversión fue de alrededor de $34.000 millones.
Cabe señalar que la inversión en la reconstrucción acústica de espacios culturales tiene un impacto económico positivo al estimular el turismo y crear oportunidades para artistas locales y empresas del sector cultural y creativo. Es por ello que la revitalización de estos espacios no solo enriquece la oferta cultural de Colombia, sino que también contribuye al desarrollo económico y social de las comunidades donde se encuentran.
“Muchos teatros y auditorios son parte del patrimonio cultural de la nación. La reconstrucción acústica permite preservar estos espacios históricos al tiempo que se modernizan para satisfacer las demandas contemporáneas. Esto asegura que las generaciones futuras puedan seguir disfrutando de estos lugares emblemáticos”, señaló el cofundador de DBA Acústica, quien agrega que actualmente, están realizando el diseño sonoro de la nueva sede del estudio de Spotify en Medellín `Sonido Perpetuo´ y el acondicionamiento acústico de la Biblioteca España para que más personas continúen usando estos espacios.
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De acuerdo con el experto, a la hora de realizar una reconstrucción acústica de un espacio cultural, ya sea auditorio, teatro o biblioteca, se deben realizar mediciones acústicas que permitan conocer las condiciones iniciales de la sala. Luego de esto, se hacen simulaciones mediante un software especializado y, una vez se termina la ejecución, se realizan nuevamente mediciones para cuantificar el mejoramiento acústico.
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La reconstrucción de estos espacios representa una oportunidad única para transformar y enriquecer el tejido cultural de Colombia. El acondicionamiento acústico arquitectónico es un factor clave para garantizar la calidad de la experiencia del público, mejorar la interpretación artística, preservar el patrimonio cultural, fomentar la apreciación cultural y contribuir al desarrollo económico y turístico de una región.
