Las tareas del hogar son uno de los trabajos que aunque pareciera sencillo demandan de un tiempo considerable para que la higiene sea la correcta y para que todo se mantenga en orden. Una de las labores diarias, y de las que más se suelen quejar las personas, es el lavado de la loza.
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Sin embargo, aunque sea un ejercicio aburrido debe hacerse para evitar las plagas y los gérmenes, así mismo debe ser una tarea meticulosa para evitar que los restos de comida queden pegados a la vajillas y pueda causar futuras infecciones. Pero usualmente, las personas no se preocupan ni reparan con atención el orden en el que se deben limpiar los utensilios de la cocina. A decir verdad, lavar la loza parecería una tarea intuitiva, sin embargo, también requiere de una lógica y un orden para que la asepsia sea la correcta.
Entre tanto, la ciencia, que siempre busca facilitar la vida de las personas ha descubierto la forma correcta en la que se deben lavar los trastes. El portar especializado en ciencia ‘Enséñame Ciencia’ compartió el paso a paso de qué va primero y qué va después mientras lavamos los platos.
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Cristalería:
Usualmente los utensilios de este material suelen ser muy frágiles y delicados por lo que se pueden romper fácilmente, es por ello que lo ideal es lavarlos de primeras.
Vasos:
Los vasos siempre deben estar en los primeros lugares debido a que si se deja de últimas pueden acumular la grasa y la suciedad de otros utensilios. Además de que son piezas de la vajilla que acumulan olores con más facilidad que el resto, por lo que dejarlos de últimas también puede hacer que los malos olores se impregnen.
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Cubiertos:
Los cubiertos son las piezas más pequeñas de la cocina por lo que liberarse de ellas desde un comienzo hará que se ahorres espacio en el lavaplatos para otros utensilios como ollas o sartenes.
Platos de vajilla:
La lógica del lavado de la loza es que se comience primero por lo más frágil y sencillo y luego se pase a las piezas de mayor tamaño y las que acumulan más grasa, es por ello que en la lista de, después de cubiertos y vasos siguen los platos en los que se comió directamente.
Ollas y sartenes:
Por último se aconseja que se limpien las piezas más grandes como las ollas y los sartenes que se emplearon para preparar los alimentos, y que se asegure de que la grasa y los restos de comida sean extraídos por completo.