El Desafío Siglo XXI no solo mantiene la adrenalina en alto con sus pruebas de precisión, fuerza y estrategia. En los últimos capítulos, también ha despertado conversaciones alrededor de la vida personal de sus participantes, especialmente sus familias y el impacto que el deporte ha tenido en ellas.
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Así ocurrió con Myrian, integrante del equipo Gamma, quien sorprendió a los televidentes al revelar que proviene de una familia profundamente ligada al alto rendimiento. La confesión se dio durante un momento especial del programa, cuando Mafe Aristizábal, anfitriona del reality, mostró fotografías de la competidora en plena acción dentro de su disciplina, y le preguntó si era la única deportista del hogar.
Myrian respondió que no y dejó al descubierto un detalle que pocos conocían: es hermana de Mariana Hernández, una joven futbolista que actualmente integra el América de Cali. Mariana, además, ha sido parte de microciclos de la Selección Colombia Femenina Sub-17, lo que la perfila como una de las promesas del balompié femenino nacional.
La deportista, nacida en El Dovio (Valle del Cauca), mide 1,66 metros, juega como volante y ha destacado también en la Liga Vallecaucana de Fútbol. El pasado 25 de noviembre de 2025 celebró sus 18 años, fecha que permitió que la relación entre ambas hermanas saliera a la luz.
La conexión familiar se hizo evidente gracias a una publicación en las historias de Instagram de Mariana, donde compartió imágenes de su cumpleaños. Allí se observa un montaje realizado por su hermana Paula para que pareciera que Myrian había estado presente en la celebración, pese a no haber podido asistir por compromisos del programa.
¿Qué ha pasado con la Liga Femenina en 2025?
Un nuevo informe reveló lo que ya se rumoreaba de pasillo en pasillo en 2025 se jugó la liga más larga de la historia del FCP femenino, sí, pero también una de las más desordenadas y llenas de malas prácticas. Y lo más grave, de nuevo, es que las irregularidades siempre caen sobre las futbolistas. Varias jugaron sin seguridad social, otras vivieron meses sin salario, y muchas quedaron navegando entre contratos que se acaban justo cuando más deberían protegerlas.
La Acolfutpro fue clara las condiciones no alcanzan ni lo mínimo. El reglamento permite inscribir 30 jugadoras por equipo, pero solo exige contrato para 15. Y sí, cinco clubes se fueron por lo bajo. Eso no es “ajuste administrativo”, eso es precarización. Y no maquilla nada un calendario que se anunció como extendido pero que, en la práctica, dejó más de 40 días sin competencia. Para una liga que ya lucha por continuidad, es un golpe directo a la estabilidad deportiva de las jugadoras y a su estabilidad laboral, porque muchas viven del día a día.
En varios clubes, los contratos desaparecieron tan pronto el equipo quedó eliminado. Así, sin anestesia. Y mientras tanto, problemas más crudos: Deportivo Cali les quedó debiendo dos meses de salario en plena fase final; Pasto no pagó junio ni liquidaciones; Orsomarso y Alianza se tomaron más de un mes en cumplir obligaciones básicas.
La pelea entre lesiones, abandono y condiciones indignas
Si las jugadoras están enteras, todo bien. Pero si se lesionan ahí aparece la verdadera cara del sistema. En Pasto, cuatro futbolistas con lesiones graves quedaron desafiliadas del sistema de salud y terminaron en el régimen subsidiado. El mensaje es brutal, lesionarse es un riesgo laboral que ellas tienen que cargar solas.
Varios clubes, además, ignoraron la Circular 007 del Ministerio del Deporte, que exige afiliar a todos los deportistas al Sistema de Protección Social. Y en Orsomarso, la Alcaldía de Yumbo terminó manejando el equipo femenino, algo prohibido por ley. Como si nada. En Alianza, 24 futbolistas compartieron tres habitaciones. Tres. No hace falta mucho contexto para saber que eso no es digno.

