La reciente salida de Laura Gallego, exseñorita Antioquia, del Reinado Nacional de la Belleza abrió un debate sobre los límites entre la libertad de expresión y las normas de los concursos de representación femenina en Colombia.
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En conversación con La FM, la abogada y creadora de contenido explicó que su retiro se debió a “diferencias con las restricciones impuestas sobre su expresión política”, luego de que el certamen adoptara nuevas normas que limitaban las manifestaciones de carácter político en redes sociales.
“Esta prohibición la impone el concurso nacional de belleza después de mi aceptación, cuando mis videos comienzan a viralizarse. Desde que fui nombrada, no hablé ni pronuncié una sola palabra sobre política”, aclaró Gallego, quien asegura que cumplió con todas las disposiciones del reinado.
Desde hace varios años, la exreina publica videos de análisis político y social dirigidos especialmente a las audiencias jóvenes. En sus palabras, su propósito no es influir, sino informar.
“No me considero una influencer. Lo que hago es aportar un granito de arena por la patria y por la democracia, dando mi opinión política de manera cercana para los jóvenes”, afirmó.
Según Gallego, sus contenidos buscan incentivar la participación electoral de los votantes jóvenes, quienes representan una parte crucial del censo electoral del país. “Mi enfoque siempre ha sido promover la conversación política sin violencia, desde la información y el respeto”, puntualizó.
Aun así, su paso por el concurso no estuvo exento de controversia. Uno de los videos que causó polémica incluía la pregunta: “¿bala para Petro o bala para Quintero?”, parte de una tendencia viral que desató críticas en redes. Gallego reconoció que el uso de la palabra “bala” fue desafortunado, pero rechazó cualquier interpretación violenta.
“Usar esa palabra fue un error, pero no me arrepiento. Nunca promuevo la violencia; promuevo el entretenimiento y la información política. El contexto del momento era otro, y no planeo borrar el video”, sostuvo.
Para Gallego, la reacción del público y del certamen refleja una tensión más profunda entre los roles tradicionales de las reinas de belleza y la forma en que las mujeres jóvenes participan hoy en el debate público.
“Yo nunca soñé con ser reina, siempre decía que quería ser presidenta de la República”, dijo entre risas, al recordar que su participación surgió por invitación directa de los organizadores. “Vi la labor social que hacen las reinas y pensé que podía usar esa plataforma para servir”, agregó.
Pese a su salida del concurso, Gallego aseguró que continuará creando contenido político y social desde sus redes, convencida de que los jóvenes necesitan referentes que hablen con claridad y responsabilidad.
“Las nuevas generaciones no deben tener miedo de opinar. Lo importante es hacerlo con argumentos y con amor por Colombia”, concluyó.
La historia de la exseñorita Antioquia reabre la conversación sobre el papel de las mujeres en espacios de representación pública: ¿puede una reina de belleza ser también una voz política? En tiempos donde las redes son el escenario del debate ciudadano, la respuesta parece estar en construcción.

